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Channel: LOS COQUILLAS DE CIFUENTES
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NOVENTA Y CUATRO AÑOS DESPUÉS DE LA TRAGEDIA DE TALAVERA

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La cogida y muerte de Joselito en Talavera de la Reina el 16 de mayo de 1920, abrieron en aquel momento un gran peréntesis en la historia del toreo.
Estaba tan centrada la afición en la competencia entre José y Juan, cosa muy lógica, y por eso se le llamó la " Edad de Oro del Toreo ", que el 21 de mayo de 1920, comienzo de la " Edad de Plata " y comienzo también de un periodo de desorientación que hace que los aficionados vuelvan la vista a los toreros que quedan, y los examinen con lupa a la espera de buscar uno que sea el contrapunto de la supremacía indiscutible de Juan Belmonte.
Asistimos a las corridas plenamente convencidos de que tendrán un final feliz, a pesar de que el duelo del hombre con la muerte sea real.
El público de los toros tiene vocación de inmortales y se emociona al vez que la muerte es burlada por el torero.
Cuando un torero pierde el respeto a un toro con poder, se enciende la chispa de la  " emoción ", y todo se convierte en gracia, alegría, elegancia, incluso en sabiduría.
Para que el diestro se sienta superior al toro y se recree en cada pase de la lidia el toro tiene que reunir : trapio, bravura y nobleza.
Joselito elevó las faenas de aliño a la categoria de arte, incluso en los toros difíciles mostraba una faceta más de su extraordinaria personalidad ; José alegraba con adornos y desplantes la labor arída de dominar un toro, cualquier toro que no se prestaba al lucimiento.
En algunas crónicas se podía leer que Joselito era soberbio.
Pero no había tal soberbia en José. Era tímido y sólo salía de su caparazón de timidez ante el toro y en la plaza ; allí se vengaba de su actitud recogida y casi monjil fuera de los cosos.
En la temporada de 1917, estaba toreando en Antequera una corrida durísima de Félix Urcola. El segundo se acostó con una estocada en las agujas. Joselito, sin perder de vista a " Perdiguero ", y con su muleta debajo del hocico de éste, dice al puntillero :
- Si aciertas a la primera, te doy cinco mil pesetas.
El puntillero acertó y fué al hotel donde se hospedaba José a cobrar la promesa. " Parrita ", con gran extrañeza, pero cumpliendo el encargo de su maestro, paga religiosamente los cinco grandes. Después preguntaría a José :
- Pero, bueno, ¿ y esto por qué ?
- Porque ha sido el único toro que ha salido por los chiqueros y que he matado sin llegar a comprenderlo. José constantemente quería desentrañar sus misterios, conocer el porqué de las cosas y de los casos. No se limitaba a que estas salieran bien por casualidad o a aplicar unos cuantos recursos de latiguillo, sino que se esforzaba en desentrañar el porqué de cada momento y sabiéndolo aplicar en su justo remedio.En una palabra encontrar la verdad de acuerdo con su convencimiento.
A Joselito no se le fué ningún toro, salvo el " urcola " citado, sin que él le conociera.
Fué el que más corridas toreó como único espada, y le llamaron Joselito " Matasiete ".
Siendo un niño toreó y mató seis becerros, con gran lucimiento en Cádiz, y ya novillero, despacho en Sevilla seis novillos.
Casí recién doctorado, siete toros de Guadalest murieron a sus manos en Valencia, en octubre de 1913, e inolvidable fue la tarde que dió en Madrid el 3 de julio de 1914, toreando otros siete del ganadero de Colmenar don Julián Fernández, a los toros Coralito y Pesumido les cortó las orejas
Aquel mismo año, en Valencia, el 18 de octubre, estoqueó otros seis de Contreras.
Ocho corridas de tal naturaleza toreó en 1915.
En Málaga, el 3 de junio, seis toros de Medina Garvey ; seis murubes, en Andújar, el 4 de julio ; el 22 de agosto en S. Sebastián, otros seis de Santa Coloma ; dos días después otros seis de Murube, en Almagro, y el Alcalá de Henares, el 26, tres del duque de Tovar.
El 30 de septiembre, en Sevilla dió cuenta de seis toros de Santa Coloma, y todas aquellas hombradas las cerró con broche de oro en Valencia, el 17 de octubre, enviando al desolladero ¡ seis miuras ! de los que entonces se lidiaban.
No se quedó muy atrás en 1916, pues el 9 de agosto, en Vitoria, se las entendió con cinco de Murube y uno de Alaiza.
En septiembre, las Plazas de Almería y Salamanca fueron testigo de idénticas hazañas, matando en la primera seis toros de Guadalest, y en la segunda, seis de Saltillo y uno de Amador García.
El 18 de octubre, en Zaragoza, siete de Contreras, y otro siete de Martínez, en Bilbao, la tarde del 22.
En 1917 tomó parte como único espada, en cinco funciones, la primera en Granada, con toros de Salas, el 20 de abril.
Con seis de Albaserrada y uno de Antonio Pérez en Barcelona el 3 de junio y el 24 del mismo mes, en Sevilla, con seis de Carmen de Federico.
En Málaga, seis de Veragua y en Tolosa cuatro de Martínez.
En casí todas las corridas cortó orejas, y , siendo notabilísimas sus actuaciones, su tarde más gloriosa fue la del referido dia 24 de junio, en Sevilla, corrida celebrada a beneficio de la Asociación de la Prensa.
En tal inolvidable función se lidiaron por primera vez a nombre de Carmen de Federico, los toros de Murube, y Joselito realizó enormes faenas, cortando las orejas de los toros lidiados en primero, segundo, cuarto y quinto lugar ; en total seis orejas.
La última corrida que toreó Joselito, en Zaragoza, tuvo lugar el 19 de mayo de 1918, con Saleri II y Camará.
La corrida organizada a beneficio de la familia de Florentino Ballesteros, torero local, muerto trágicamente en Madrid, y los toreros actuaron desinteresadamente.
Seis de Santa Coloma, Joselito entre los acordes de la música realizó en su primero una gran faena que coronó con un gran volapié, oreja y vuelta.
En el cuarto se lastimó la mano derecha al matar al toro, ingresó en la enfermería entre una gran ovación.
Contra su voluntad, no le dejaron los médicos salir al ruedo.
El 19 de marzo de 1920, al filo de la una y media de la tarde llegaba a Cádiz el transatlántico que traía a Joselito de América, emocionado abrazaba a sus amigos que le esperaban.
Para festejar su santo obsequió a sus amigos con una espléndida cena.
Y en la misma tuvo una confidencia a su amigo don Justo :
- Deseaba mucho - le dijo- regresar a España.
Estoy enamoradísimo de la hija de un popular ganadero sevillano y voy a casarme con ella.
Dentro de un par de temporadas - prosiguió - me retiró, y lo voy a hacer como Guerrita en la feria del Pilar de Zaragoza, a la que tanto amo, y por sospresa.
- Está muy bien - le contestó -, su amigo Justo que se cumplan pronto tus deseos y que seas muy feliz.
Dos meses más tarde " Bailador ", en Talavera de la Reina echó a rodar los deseos de José :
¡ Torear su última corrida en Zaragoza y ser feliz, contrayendo matrimonio, con la bellisima hija del ganadero andaluz !
Y José, noventa y cuatro años después, su cuerpo descansa en el cementerio de San Fernando, en Sevilla, en el mausoleo, que cinceló Mariano Benlliure, junto a su cuñado Ignacio Sánchez Mejias, los dos solos, como decía Bécquer - que se quedan los muertos -frente a los cipreses y los rosales que crecen en el cementerio.





RONDA ....... Y SUS TOREROS ( CAPÍTULO XI )

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Habría que decir que aquél fue un toro muy mal falsificado. Pero yo estaba allí aquel día decia Luis Miguel Dominguín y si Hemingway no comprendió a Manolete, jamás podrá comprender nada de ningún torero.
En Lima, donde a la sazón participaba en la " temporada grande " de Perú, Ordóñez defendió a su amigo Hemingway de los ataques que le lanzó José Gómez " Sevillano ", banderillero de Manolete y apoderado entondes de Diego Puerta. En el vestíbulo de un hotel limeño, Ordóñez perdió de tal forma los estribos durante una discusión con Gómez acerca de lo que Hemingway dijo acerca de Manolete, que asestó un par de bofetadas a su interlocutor. Más tarde, restando importancia al incidente, Gómez Sevillano dijo : " A quien tengo que ajustar las cuentas cuando lo vea es al barbudo Hemingway ".
Ordóñez, por su parte, rehusó comentar su encuentro con Gómez Sevillano. Pero en una entrevista elogió al escritor - " mi amigo Hemingway " - por haber despertado tanto interés en la fiesta nacional española.
Mientras tanto. lo mismo en Lima que en Caracas y en Madrid como en México, la controversia " Hemingway " Dominguín - Manolete - Ordóñez apareció en las primeras páginas de diarios y revistas taurinas. Ejemplo típico de reacción moderada fue el comentario del crítico español Antonio Bellón acerca del juicio emitido por Hemingway sobre Manolete : " Yo diría que es un juicio bastante personal ; en España no hay nadie que pudiera darle la razón.
Por su parte el dramaturgo español Edgar Neville, viejo aficionado, mostró más emoción en su " Carta abierta a Hemingway " publicada por A.B.C., la cual decía : Hemingway tuvo la inmensa desgracia de perderse a Belmonte y a Manolete.
De Belmonte ha oido hablar mucho y, como ya es una figura del pasado, como Alejandro el Grande o Miguel Angel, nadie le discute ni nadie pretende echar sombra sobre el trozo de Campos Elíseos donde vive por derecho propio.
" Pero - agregaba Neville - con Manolete es otra cosa : está demasiado cerca la distancia que le separaba de sus comtemporáneos, el rencor a su figura gloriosa no cede tan fácilmente, y para disminuir el respeto y la admiración que le teníamos los que tuvimos la fortuna de verle tarde tras tarde, se lo presentan al bueno de " papa Ernesto " unido a los toros recortados y de poco peso.
" No, querido Ernesto : Manolete toreo los mismos toros que toreaban los demás, pero los toreaba más despacio, con más temple y más de cerca.
...Cuando un escritor de toros habla de Manolete se quita la gorra y luego se moja la pluma en tinta bendita ".
En cuanto a Hemingway, por el momento parece no estar mojando la pluma en ninguna clase de tinta, y menos aún para atizar la hoguera que él encendió. Metido en un refugio de las montañas del noroeste de los Estados Unidos, se dedicaba a la cacería. Repetidas veces rehusó propuestas de periódicos y agencias noticiosas que lo instalaban a contestar sus críticas.
Pero en una conversación con un amigo reveló no sólo que estaba enterado de la tormenta que había desatado, sino que hasta se sentía algo preocupado, y comentó que nunca había visto a Manolete, aclarando que había asistido a la última corrida de éste en México en febrero de 1947. También hizo notas que había pasado muchas horas estudiando películas de varias faenas de Manolete.
Hemingway consideraba sin duda que como escritor tiene derecho a criticar a Manolete, el artista del ruedo, cuyo estilo será siempre motivo de discusiones, como el Goya o el de Falla, en otros campos. Con toda seguridad no pretendió mancillar la memoria de Manolete, y en conversaciones íntimas ha declarado que lamenta mucho que algo de lo escrito por él haya sido interpretado equivocadamente como una blasfemia contra el héroe. Ya muerto. Persona que considera a España como el país que amaba más que a cualquier otro después del suyo, Hemingway siente tanto respeto por los muertos como cualquier español.
Esta defensa de Hemingway quizás no satisfaga a quienes se sienten agraviados. Y tal vez Hemingway haya contribuido a exaltar aún más la memoria de Manolete al hacer que miles de sus admiradores tomasen la defensa de " El Monstruo ". Es indudable que ha ayudado a salvaguardar la imagen de Manolete del peor de los destinos : el olvido.
El año 1961 será recordado por Antonio Ordóñez con amargura, a lo largo de sus días conoció el inquietante drama final de su amigo.
El hijo de Hemingway, John, le notificaba :
Se veía enfermo para escibir, y , al no poder hacerlo se negó a seguir viviendo.
Meses después fué su padre Cayetano quien hizo su primer brindis en el más allá. Dos pruebas que conmovieron a nuestro torero, hasta su más recónditas e íntimas raíces. Poco días después de la pérdida de su padre, su presencia como único matador en una corrida de cuatro toros de Fermín Bohórquez en Ronda se nos aparece como un homenaje a su memoria. Repasa, en una síntesis de urgencia, todo el repertorio legado al toreo por su padre Cayetano. Triunfa con el capote, pone banderillas, magistral con la muleta. Y entra a matar cuatro veces. Una por toro. Y la última lo hace con la mano izquierda, ya que se ha lesionado la derecha con la espada. Los trofeos, que le debordan, son dedicados al torero que " fue para siempre y a su doliente recuerdo.
Antonio Ordóñez tomó parte en las " goyescas " de 1957, 58, 59, 60, 62, 64, 65, 66, 67, 68, 69, 70, 72, su célebre mano a mano con Antonio Bienvenida - 73, 74, 75, 76, 77, 80.
Hay un trofeo que lleva su nombre y que, hasta ahora, únicamente fue ganado por Emilio Muñoz y por Paco Ojeda.
Antonio Ordóñez opinaba en aquellos años :
El toreo no es un oficio. Yo no toreo como pienso, sino como siento. Para mí torear es algo como la necesidad de exteriorizar un sentimiento interior. Pienso que el toreo en un arte, un gran arte. Y el arte es algo que va de dentro afuera y no al reves. Se dice que soy irregular y es debido a esa manera que tengo de entender el toreo. Yo creo que el toreo, para ser bueno, tiene que sentirse en el momento en que se realiza..... A veces sentimos el toreo y entonces la faena es grande, luminosa y honda. Y otras veces, aunque el toro no sea malo, no estoy en vena, no siento nada, y es entonces cuando no estoy lo bien que quisiera estar siempre.
Hay otras efemérides en 1959 dignas de ser reseñadas :
Como la corrida extraordinaria que torea, mano a mano, con su cuñado Luis Miguel, con motivo del centenario de la plaza de Valencia. Tuvo lugar el 30 de julio y se lidiaron cuatro toros de Sepúlveda y dos de Baltasar de Ibán. Hay una fecha en medio, desde la primera corrida que el 28, habían toreado los dos cuñados.
" Aquel día Luis Miguel toreó en Palma de Mallorca y me alegré de que no presenciara lo que hizo Antonio. Le hubiera inquietado. Y le apreeciaba, pero después de lo que vi aquella tarde tenía la certeza de que no iba a poder ganar el duelo que se estaba desarrollando " .
Pero el " punto redondo " se escribiría el 30 de ese mes de agosto. Ese día el mal protagonista fue el viento. Luis Miguel resultó cogido de gravedad, Ordóñez corto tres orejas. Las espadas continuaban en alto.
En Bilbao, Antonio en el momento de entrar a matar al tener lesionada la mano derecha, al novillo que lidió en un festival, mató con la mano izquierda, les muestro la fotografía, abajo. Su estocada fue tan certera que como premio le concedieron las dos orejas de su enemigo.
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO II )

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Don Vicente debuta con tres toros de su cruza en Sevilla en 1795 : vuelve con 14 más en 1799 y doce más en 1800.
En Madrid debuta en 1800, con Pepe Hillo, Juan Ponce y Antonio de los Santos.
Jugando con la consanguinidad, Vázquez extrae lo que más perseguía - la agresividad -. Sus toros eran de variados pelos sardos, jaboneros, cárdenos, negros y berrendos en negro y en castaño, con poderío, coraje y la cruza de resistencia.
El Conde de Vistahermosa nunca pudo perdonar que un individuo al que consideraba oportunista le hubiera timado, pero poco podía hacer ya ; don Vicente, bien respaldado por su gran fortuna, contempló la decadencia y ruina de la casa de Vistahermosa. Sin embargo, nunca llegó a imaginar que, más de un siglo después de su muerte y la de su rival, los toros de Vistahermosa provocarían la casí total desaparición de los suyos.
En 1806, el tercer Conde de Vistahermosa compra en pública subasta el cortijo " Valcargado ", en Utrera, el cual pertenecía a los Hospitales de la Misericordia de Utrera.
En el centro del triángulo Utrera - El Coronil - Palmar de Troya, en un paisaje de colinas fértiles, el cortijo " Valcargado " encerraba una riqueza subsidiaria : en el fondo de un pequeño valle, tenía unas salinas que ya explotaban los romanos.
Utrera es ocupada por las tropas, y algunos sacarán partido de esto, como fue el caso de don Vicente, quien, a la vez que financiaba en secreto al Rey, no veía inconveniente en emplear su talento de proveedor de los ejercitos al servicio de las fuerzas de ocupación.
Mientras tanto el Conde de Vistahermosa financia y arma la guerrilla, comprándole armas a los ingleses en Gibraltar.
Una vez regresan a Francia los franceses en marzo de 1814, al Conde de Vistahermosa se le abre un proceso judicial en Sevilla.... ¡ por afrancesado !
El Conde es liberado y piensa en resarcirse. Toma en arrendamiento Casaluenga y Gómez Cardeña en 1814, mil hectáreas en total. Ese mismo año los toros de Vistahermosa regresan a la Maestranza.
Para los colonos como el Conde de Vistahermosa las deudas se acumulan : malas cosechas, impuestos al alza, la espiral de la ruina empieza a girar. En 1816, Utrera, a la que le falta de todo, va a recibir a Fernando VII quien tiene que hacer escala con quien sería su segunda esposa la Infanta de Portugal.
A las deudas contraídas se agregan las de la fiesta.
Vistahermosa se hunde. El alcalde tiene la delicadeza de no pedirle nada. El 20 de noviembre de 1819, es nombrado Conde de Guadalete, don Vicente José Vázquez, por el Rey Fernando VII en agradecimiento a los servicios prestados.
En 1820, el Conde de Vistahermosa, tragándose su verguenza se ve obligado a proponerle la compra del cortijo " Valcargado " a su enemigo íntimo don Vicente José Vázquez, quien acaba de rentar los cortijos de Jaime Pérez y el Toruño, por lo que no requiere nuevas tierras.
Éste compra " Valcargado " y se lo renta al propio Conde de Vistahermosa. En 1821 fallece el Conde de Vistahermosa  a la edad de 70 años.
Cincuenta años estuvo Vázquez al frente de la ganadería por él fundada, años difíciles de verdad, don Vicente capeó todos los temporales. Fue un personaje, un afortunado y un ricachón ; pero, sobre todo, resultó un ganadero " de una vez ", su nombre no caerá en olvido.
Desde el año 1814 al 1820 es el auge de la ganadería. Más por grande que sea la demanda, es mayor la producción, y todos los años existe un remanente de toros no lidiados, que continúan envejeciendo en las dehesas, y a la par que adquieren corpulencia y peso, van creciendo en cautela y en aviesa intención. Algunas veces se enfurruñan y se abrasan a cornadas, que ponen fuera de combate a bastante de ellos. Pero los que salen ilesos han de ser corridos con sus diez y doce años, para lo cual Vázquez entremete uno o dos con los jóvenes de seis y siete años. Los viejos no suelen dar juego; se aploman, se emplazan, huyen de los caballos y se ponen en todo momento a la defensiva, haciendo pasar las de caín a los toreros.
En esta época, quizá más que en ninguna otra, tiene primordial rango el tercio de varas, que era la suerte favorita del público, por lo que tiene a la vez de repetida y variada a lo largo de toda la corrida, poniéndose en ella de manifiesto, de modo bien visible, los puntos que calza cada toro en cuanto a bravura y poder, y dando lugar al gallardo lance del quite.
Los picadores del momento mandaron una carta firmada por Luis Corchado a don Vicente, con cierto tono de burla, diciendo que han picado toda una corrida de don Vicente con una media de seda y un solo caballo.
Don Vicente opina que la carta es un cartel de desafio, y como tiene mucho en donde escoger, aparta sus buenos mozos, seguramente de los mayores en edad y saber, pensando : "¡ Ojalá pudiera yo meterme dentro de uno de vosotros para quitarle a ese Corchado los humos ! " Y luego dijo por escrito al picador :
" Ahí le mando unos becerros para que pase en el Puerto una tarde divertida. Y, en efecto, después de las fuertes costaladas que le da el primero, el segundo le manda a la enfermería, de donde ya no sale, por tener rota una pierna, con lo cual los compañeros pagan el pato, sin comerlo ni beberlo ; al cuarto toro hay varios lesionados, pues los seis pavos, en su mayoría debieron ser parecidos a aquel   "Chaparro ", lidiado en Sevilla en 1817, el cual a pesar de ser mogón, de hormiguillo, hizo en la caballeriza tales estragos y tundió de tal forma a los picadores, que para que pudiera acabar la corrida tuvieron que bajar al ruedo algunos picadores que estaban de espectadores, vistiéndose en la enfermería con la ropa de los lesionados. Las hazañas de cuerno y medio, mote que le puso el público al toro, andaron inmortalizados por romances.
Al fallecer el Conde de Vistahermosa su hermana Luisa de Ulloa Halcón de Cala, hereda todos sus bienes el 29 de junio de 1821. Tiene 69 años. Soltera como sus dos hermanos, le concede inmediatamente un poder notarial a su primo Benito, el Marqués de casa Ulloa, para administrarle sus bienes. Estos son los cortijos de Gómez Cardeña, Salvador Díaz, Sorvitos, Valcargado, La Ventosilla y Villar del Puerco, más de 3000 hectáreas de las que su difunto hermano le transmitió en la sucesión los derechos de los arrendamientos. Al Marqués ese poder le viene al pelo : el  21 de junio de 1819, para  arrendar el Toruño, él también ha tenido que pedir dinero a don Vicente José Vázquez.
Los tiempos son duros. En 1821 nuevos enfrentamientos que provocan tensiones. La Condesa de Vistahermosa toma partido y borda un estandarte con los reales colores, pero Utrera se resiste hasta que, en 1823 Fernado VII recupera todo su poder. Acto seguido, el Rey pasa por Utrera donde se le organiza una corrida.
Para recibirle, el cabildo le pide prestada una fuerte suma a don Vicente José, a cambio de la cual le renta 4000 fanegas de marisma.
En 1823, la Condesa de Vistahermosa, para poder mantenerse a flote, vende sus toros. Cinco compradores se los reparten : Antonio Melgarejo, Salvador Varea, Fernando Freire, Joaquín Giráldez y Juan Domínguez, el Barbero de Utrera, quien entonces tiene 52 años.
( Continuará )




DECEPCIÓN Y ABURRIMIENTO

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Son demasiadas las decepciones de este Domingo de Resurrección en lo que a lo taurino se refiere, Sevilla, Madrid, Arles, Málaga, etc, etc, toda la información taurina así lo recogió, pero los aficionados una vez más, lo han sufrido en los tendidos.
De 24 toros lidiados en plazas de Primera sólo cortó una oreja Savalli en Arles a un toro de Miura.
En Málaga inadmisiblemente se celebró la corrida del mano a mano sin celebrar el reglamentario sorteo de las reses a lidiar.
La Unión Taurina de Abonados de Málaga, solicitó con antelación la suspensión del festejo, o la obligación de sortear las reses a lidiar en la tarde
Las denuncias, no sirvieron de nada, de repetirse viviremos el principio del fin de la Fiesta, la autentica, la que queremos los buenos aficionados..
¡ Seguimos igual ! los festejos del domingo ponen de manifiesto la cada vez más acusada carencia de casta en el ganado lidiado y sus consecuencias lógicas con esa absoluta ausencia de " emoción " y el triunfo de un generalizado aburrimiento en los festejos celebrados.
La Fiesta, y sobre todo en estos delicados momentos de crisis donde el público es cada vez más escaso, si no levantan la misma las partes más implicadas, ganaderos, toreros, y no con el toro dulce para el torero, y si con el toro que trasmita la " emoción " a los tendidos.
Mientras los ganaderos busquen pastueña docilidad, que es la que reclaman las figuras, el espectáculo seguirá perdiendo atracción.
Pero pasan las temporadas y nadie piensa en regenerar la cabaña brava, se enarbolan docilidad, bondad y dulzura como el argumento principal de las ganaderías prestigiosas y que nada tiene que ver con el toro que demandan tarde tras tarde los aficionados, un toro fiero, bravo, noble y encastado cuyo último destino es morir matando ; ese toro que infunda miedo y suspenda el ánimo al espectador en el tendido lleno de fuerza, casta y fiereza, que galope, embista, remate en tablas, derriba y descabalga al piquero, se encele repita, humilla y se vacia en las embestidas. Ese toro es el que demanda el aficionado, ahora más que nunca, que despierte la dormida " emoción ", con una intensa creación de belleza y ponga de manifiesto donde se encuentra la verdad del toreo.
- ¿ Es dificil saber como se va a comportar un toro durante su lidia ?
Pero, no todos los toros son iguales, sobre todo si prescindieramos del monoencaste, cada encaste tiene una forma distinta de embestir, unos terrenos diferentes donde tiene que colocarse el torero, hay que hacer las cosas de una determinada forma. Y si el torero no es conocedor del encaste que tiene delante y entre sus manos y de que forma tiene que torearlo, terrenos, distancias, pues dificilmente lo aprovechará de la forma más conveniente.
A los toreros actuales les gusta toda la rama Domecq y aceptan lo de Núñez.
Al público Santa Coloma, Saltillo, Albaserrada.
Un animal como el toro bravo, no puede ser un pedazo de plastilina que permita al ganadero moldearlo con arreglo al antojo de las llamadas figuras.
Pero nos olvidamos de muchas cosas, la más importante la " consanguinidad ", los años van pasando y las ganaderías continuan con los mismos reproductores.
En la " consanguinidad " se encuentra instalado ese factor de desequilibrio mioneural que protagoniza una reducción de enzimas colinesterasas en la sangre del toro de lidía.
La selección que realiza el ganadero es tan fundamental que si llevásemos una ganadería brava a una isla desierta volvería progresivamente a su estado primitivo de agresividad salvaje.
La reacción del ganadero siempre es tardía. Las reacciones del ganadero, en el sentido de cambio de rumbo, son necesariamente retardadas porque una toma de decisión tarda cinco años en ver los resultados.
Cuando un toro bravo se entrega de verdad permite al torero realizar el toreo grande, el que espera y sueña el fiel aficionado.
Casta y bravura son similares. Y la raza también. El toro con raza es el que le sobra la casta y la bravura.. La bravura es consecuencia de la casta.
La casta la lleva genéticamente el toro. La casta es la bravura seleccionada por el ganadero. Un toro como se dice ahora encastado es un toro enrazado y con poder. Y por último un toro con poder es que hace brivar a los tendidos.
Un encaste lo constituyen los rasgos morfológicos y conativos que le son comunes a una población de ganado de lidia.
El encaste está unido a la actitud de pelea en la plaza, que es diferente según el origen. Sobre todo hay dos cosas que distinguen a los encastes : el comportamiento con el caballo y en banderillas.
La bravura del toro consiste en embestir constantemente hasta el final, sin mostrar síntomas de fatiga.
La verdadera bravura es la que va de menos a más.
El indulto del toro de lidia debe considerarse como una herramienta útil en la selección del ganadero.
Pero ¡ por favor pido que no hagamos del 2014, otro año más de " indultitis ", donde no se indulta con las condiciones imprescindibles para padrear en una ganadería brava.
La fijeza en la embestida es muy importante, tras ella, vendrá la entrega del torero, de manera que haya una atención visual persistente y concentrada en lo que tiene delante. Un verdadero afán por alcanzar los vuelos del capote y la muleta. De todo aquello que se mueve.
Que se venga pronto, de largo y sin movimientos mortecinos. Con un galope ágil y veloz.
Es muy importante la movilidad en el toro de lidia, que repita sus arrancadas a todos los estimulos, meta la cara con regularidad y se rebose embistiendo con claridad y flanqueza.
Que tenga durabilidad y continuidad en las embestidas humillando. Acudiendo al caballo, humillando y dejandose los riñones frente al peto.
Un toro bravo en el caballo, si después se para en el último tercio, no será tan bueno como otro que en banderillas se vaya arriba y en la muleta embista con calidad. El toro bravo continúa embistiendo hasta el final. Da la impresión de que cuando le entran a matar queda todavía toro.
Esta indiferencia que se aprecia, cada vez más, en el mundo taurino, hacía el sufrido aficionado, nada bueno presagia y hacen que las negras sombras envuelvan al espectáculo, tan lleno de egoismos sectoriales.
Todo el estamento taurino conoce los fallos, los defectos actuales de la Fiesta, pero nadie hace nada por evitarlos.
Insisto una vez más que la Fiesta camina con una salud precaria y por si fuera poco los principales integrantes de la misma se niegan rotundamente que tome la medicación adecuada.





      Un Coquilla de Cifuentes " Español ", con movilidad, fijeza y humillación total.









RONDA..... Y SUS TOREROS ( CAPÍTULO XII )

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Cuando le preguntaron a Antonio Ordóñez, en una entrevista que hablara de la escuela rondeña, contestó :
- Mi arte no se explica por una escuela. Esto es más profundo, o menos profundo. Por otra parte, si tomamos esa definición, la escuela de Ronda podría parecerse a la escuela de Córdoba. Insisto que lo que existe son los que torean bien y los que torean menos bien : o, si lo prefieren, los estilos personales. Unos tendrán más profundidad y otros más alegría.
En el toreo se trata nada menos que de la vida y la muerte, El hecho de que, a pesar del peligro constante, no te coge el toro gracias a tu arte, podría parecerte algo incleíble, como una efímera inmortalidad.
- No te coge el toro porque las circunstancias hacen que esto no pase. Pero, cuando te coge, tampoco te sosprendes para nada. Esto forma parte de este oficio. Para mí, nunca ha sido una sospresa que me coja un toro. Para mí una sospresa es que me coja un tren.
Y le seguían preguntando :
- Y cuando el percance ha sucedido. ¿ es porque te has equivocado tú o porque se ha equivocado el toro ?
- No ; se equivoca el hombre, siempre.
¿ Existe una relación cotidiana entre el torero y el miedo ?
- No. No existe. Muchas veces, cuando se dice : " Este torero está pasando mucho miedo " , lo que pasa es que en este momento tiene mucho más sentido de la responsabilidad que en otro. Pero no es miedo en si. Porque realmente no piensa uno que le va a coger el toro todos los días. No vas a la plaza sabiendo que puedes morir. Si supiese uno exactamente que puedes morir, no iba.
- ¿ Nunca has pasado miedo con esos toros ásperos, difíciles, que tú sabes que no vas a poder dominar ?
- No ; porque cuando venía ese toro, como tú dices, yo hacía las cosas para que no me cogiese. Si me cogia, más bien era un accidente, pues yo ponía los medios para que esto no sucediese. Entonces no iba a pasar tampoco tanto miedo. Si el toro no es bueno, y puede coger, pones los medios que sean precisos : corres, tiras el capote, y no te coge ; repito salvo que se produzca un accidente.
- Pero supongo que, como otros toreros, te sentirás nervioso antes de entrar a la plaza o vistiéndote.
- Son más bien los nervios propios de la responsabilidad, ante el público, ante la eventualidad de que pueda salir bien o mal la cosa : que pueda sentirse la gente defraudada o no. Pero no es miedo físico. Yo voy al campo, y a mí no me da miedo torear.
Lo que preocupa es la gente allí viéndote : que le guste o no le guste. Que lo haga bien o lo haga mal. Y eso, sobre todo, si hay público que no te han visto, la responsabilidad es mayor.
- Una de las grandes oportunidades que has tenido en tu vida es el encuentro con un escritor de la talla de Hemingway.
- Él era una persona que tenía mucha humanidad. Una humanidad tremenda. Una de las cosas más acentuadas que tenía él, y que he visto en mi vida, era que lo comprendía todo. Las cosas aparentemente absurdas, él las comprendía. Sabía percibir las circunstancias de cualquier acto. Comprendía a todo ser humano, para que le comprendiesen a él también.
- Sin embargo, hubo aquí alguna falta de comprensión con respecto a su figura y a su interpretación del toreo.
- Es una cosa clásica española, que, una vez más, se ha demostrado : la envidia. Los que han hablado mal de él son los escritores malos. Los buenos hablaron bien.
- ¿ Él te explicó lo que venía a buscar a los toros ?
- No. No me explicó. Una de las cosas importantes que hicimos juntos fue un pacto. Dijimos que, mientras viviésemos los dos, íbamos a acordar algo ; claro, en plan simpático ; que él nunca iba a torear un toro, y que yo tampoco iba a escribir un libro.
Cuando me enteré de que estaba tan grave, muy pocos días antes de que muriera, le puse un telegrama para decirle que iría a verle. Él me contesto en otro telegrama que tengo guardado : " No merece la pena que me veas ; estoy bien ". No quiso que le viese, no sé si porque estaba físicamente agotado o por cualquier otra razón.
- ¿ Pensabas que se podía matar de esa forma ?
- No. Es que, además, pienso que fue un accidente.
Manejaba muy bien las armas. Y un día uno se pega un tiro. Se maneja muy bien la espada y la muleta, y un día te coge un toro. Son accidentes. Pero pienso que para mí Ernesto no se ha muerto.
Vive, constantemente vive al lado mío, en muchas cosas.
- Sueñas con él algunas veces ?
No, no ; si es que lo veo. Vive conmigo. Lo que pasa es que ahora no coincidimos. Pienso que, cuando voy a Nueva York, él está en Kenya. No pienso que está enterrado. Me invitó muchas veces a ir con él a Kenya. Y nunca pude ir. Cuando estuve sin él allí, pensé que no coincidíamos porque él estaba en Estados Unidos.
- Y ahora que está muerto y que te has librado de tu pacto, ¿ no has pensado nunca en escribir ese libro que podía ser la tauromaquia de Antonio Ordóñez ? ¿ Quién mejor que el mismo Antonio Ordóñez podría explicar el secreto de tu estilo ?
- ¿ Y cómo lo diría ? ¿ Con una foto ? ¿ Con diez fotos ? ¿ Como reflejar un pase natural ?
- Tal vez las Películas.
- Me resisto a verlas. Parecen como una mutilación de lo que uno ha hecho. Siempre falta algo. El sentimiento tuyo allí no está reflejado. Y en la escritura, ¿ qué se iba a decir ?
¿ Que el pase era así ? Si fuera Hemingway, tal vez intentaría hacerlo, claro.
( Continuará )




AQUEL 2 DE MAYO DE 1914

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Como siempre, José eligió para sus fechas históricas días trascendentales.
Aquel 2 de Mayo de 1914 se anunciaron en Madrid en la Plaza de la Carretera de Aragón, hoy Palacio de los Deportes, Rafael " El Gallo ", Joselito y Juan Belmonte, con toros de Contreras. Joselito y Belmonte coincidían por primera vez en Madrid.
Los billetes se agotaron a las pocas horas de ponerse a la venta.
Entre Joselito y Belmonte se ha establecido - por el público - una rabiosa competencia que no tiene razón de ser, porque cada uno es único.
En este ambiente ha influido poderosamente la retirada de Ricardo Torres ( Bombita ).
Los bombistas, un poco dolidos y un mucho derrotados por los Gallos, necesitaban un torero para hacerle la guerra, y surgió Belmonte.
Y lo absurdo, lo verdaderamente inconcebible, es que los más ácerrimos partidiarios de Bombita sean detractores de Joselito, que es el torero que más recuerda a Ricardo Torres ( Bombita ). Su toreo abierto de piernas, su dominio con la muleta, lo que manda, lo que castiga y hasta su preparación con banderillas - clavando hay una gran diferencia a favor de Joselito.
Si a esto se agrega que Joselito era más completo y que en 1914 se pensaba que le quedaban muchos años por delante para seguir aprendiendo, lo lógico hubiera sido que, retirado Bombita, este gran partido se hubiera puesto al lado de Joselito.
La tarde del 2 de mayo de 1914, es la más grande que recuerda la afición de esta época. Los guardias se llevaban constantemente espectadores detenidos a la comisaría, por las broncas constantes entre los partidiarios de uno y otro bando.
La plaza se inaguró en junio de 1874, pero en los cuarenta años transcurridos hasta 1914, no se había realizado una faena de muleta tan enorme, tan formidable, tan monstruosa, tan.... increíble como la que realizó Juan Belmonte, a las seis y veinte minutos de su tarde, en su segundo toro, sexto en el orden de lidia..
Aún vibran en la atmósfera los estridentes alaridos de la muchedumbre embriagada. El mismo sol, que se hundía en aquel momento en el horizonte, abrió los ojos, para comtemplar unos segundos la inenarrable faena belmontina, y se detuvo.
¡ Un asombro !
¡ Lo que no se había visto nunca !
La faena de muleta - realizada por Juan Belmonte en la Plaza de Madrid, es la faena más grande que se ha hecho desde que existe el toreo.
¡ El público asistente no había conocido una más intensa conmoción del entusiasmo público !
Las entradas se revendieron a precios fabulosos, en un casino, un socio vendió a un compañero, en treinta y cinco duros, una contrabarrera de sombra.
Se cuenta que quedaron fuera al no tener localidad más de tres mil aficionados a la puerta de la plaza.
La enorme ansiedad que el encuentro de Joselito y Belmonte provocaba se extendió a las principales capitales y viajaron muchos aficionados para presenciar la lucha.
En Sevilla era tan honda la conmoción, que varios periódicos anunciaron al público que en los trasparentes de sus balcones irían dando los telefonemas, con la reseña de la corrida. conforme se fueran recibiendo.
A las tres y media de la tarde no se podía circular por la calle de Alcalá. Centenares de coches, tranvías caminaban lentamente, porque la aglomeración les impedía acelerar la marcha.
Se hablaba de coche a coche, se gesticulaba. En los ojos de la multitud brotaba el entusiasmo. Los gritos ensordecian ¡ Joselito !, ¡ Belmonte !, ¡ El Gallo !
Joselito venía con ganas de pelea. Estaba en la fuerza de la vida y su sangre joven se enardecía en cuanto los clarines anunciaron el comienzo de la corrida.
En su primer toro que estoqueó sobrado de facultades y dominando la situación, hizo una faena aceptable ; pero no todo lo apretada que el concurso hubiese deseado y al herir, con el brazo suelto, le arqueó hábilmente, para dar con la muleta excesiva salida.
El entendió que las condiciones del toro no le invitaban a grandes lucimientos y se deshizo de él decorosamente.
Pero en el quinto, Joselito que apreció sus buenas cualidades, puso cátedra de toreo y arrancó al concurso una de las ovaciones más formidables que se han oido en la Plaza de Toros de Madrid.
Con las banderillas, después de intentar al quiebro, que no pudo dar, porque el toro no se le arrancaba, cuatro pares superiores, especialmente el último, puesto de dentro a fuera y en terreno tan apretado, que tuvo que subirse en el estribo.
Con la muleta, trasteó a su enemigo, ceñido, inteligente, con pases de todas las marcas y todos los estilos.
Citó a recibir dos veces, alargando mucho el engaño y aguantando a pie firme ; pero el toro no le acudió. Y, al fín, en corto y al volapié, metió una media en la misma cruz, que hizo doblar.
Faena de un gran torero, de un inconmesurable torero, que sabía aprovechar las ocasiones y enloquecer al público que pidió la oreja para Joselito.
Joselito I, el Sabio.
Rafael " El Gallo " tuvo una tarde muy mediana. Toreó muy cerca a sus toros ; pero siempre por la cara. Con el estoque sin pasar el fielato.
Los toros de Contreras, bien presentados y de bonita lámina ; pero de escasa bravura. Cumplieron a duras penas con los picadores.
Pero salió el último toro, " Tallealto ", negro, gordo, fino, bien puesto de alfileres.
Belmonte corrió a su encuentro y se abrió de capa.
Siete lances estupendos, tres de ellos sin enmendarse. Cogiendo al toro, empapado en el percal, metiéndole en el estómago y sacándole con un artístico movimiento de brazos. ¿ Y los pies ? Como si se los hubiera cortado por encima de los tobillos. ¡ Que manera de parar ! ¡ Que modo de jugar las muñecas !
Rugió el público. Belmonte seguía toreando, cada vez más metido dentro del toro. Terminó, al fín, con un recorte espeluznante.
Medianamente banderilleado por su cuadrilla, sonaron los clarines, y Belmonte mandó retirar a todos y se dirigió al toro emplazado en medio del redondel.
Un pase ayudado por alto, formidable ; uno natural, girando sobre los talones, estupendo ; un molinete, otro, luego dos o tres pases de rodillas, siempre pasándole el toro muy cerca del pecho y con los pies clavados en la arena, como si fueran tornillos. Cada muletazo era una explosión. La multitud, congestionada, se había puesto en pie, ya ronca de gritar, y el trianero, impávido, frio, como si nada fuera con él, seguía muleteando entre los pitones, arrodillado antes de citar y levantándose ya con el pase rematado. En dos molinetes crujieron los huesos del toro como si hubieran sido de cristal. Luego, agarrado a un pitón, tiró de él con la derecha, para meter la cabeza del toro en el engaño.
Pinchó el trianero tres veces en lo alto. ¡ Por qué no pincharía trescientas ! Porque después de cada pinchazo reanudaba la faena aquella.
Una corta, un poco desprendida, dió con el cornúpeta en tierra.
Hay cosas en la vida que no se pueden contar.
Hay que verlas, para apreciarlas.
Se pidió la oreja y el presidente vaciló unos segundos y no la concedió
¡ Hizo bien !
Joselito, sencillamente colosal. Su faena en el quinto igualaron a las más grandes.
" Lo de Belmonte no tiene precedentes.
Fue un sueño. ¿ Una quimera ? ¿ Una alucinación ?




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO III )

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El centro ganadero de don Vicente José Vázquez es el magnifico cortijo de Casaluenga, 3.300 hectáreas que arrienda a los cartujos en 1814 y compra en 1821 aprovechando la desamortización del Trienio Constitucional ; pero cuando vuelve el absolutismo, les tiene que devolver la propiedad a los monjes, aunque se queda como arrendatario.
En Utrera don Vicente posee el cortijo Valcargado de 550 hectáreas, comprado al Conde de Vistahermosa, Jaime Pérez y el Toruño. Muere el 11 de febrero de 1830 a la edad de 63 años, 9000 hectáreas en total por valor de 5 millones de reales que pasaron a manos de la Santa Caridad, así como 5000 animales, vacas, toros, utreros etc, por valor de 2 millones de reales, y 16 millones de reales en valores financieros y créditos a favor, todo paso a las arcas de la Santa Caridad.
Los toros de Vistahermosa, que han pasado por las manos de Barbero y de Arias Saavedra, van a llegar a las manos de Dolores Monje, la viuda de Murube, despuntando como el monstruo prometedor de la evolución taurina. Poco a poco, su superior toreabilidad desplazará a los toros vazqueños que, un siglo después de la muerte de don Vicente, pasaron a manos de la familia Domecq, que se interesan por el hierro de don Vicente.
En 1932, al renunciar los albaceas nombrados por don Vicente, el Capitán General de Andalucía actuando como Intendente Honorario vende la parte más importante de la ganadería de Vázquez al Rey Fernando VII. Más de 700 cabezas salidas de Casaluenga parten hacía las fincas de Dehesa Nueva del Rey, en Aranjuez y los montes del Pardo. Fernando VII ofrece enseguida 50 vacas de desecho a su sobrino don Miguel, Rey de Portugal, que anuncia su ganadería a nombre del Duque de Braganza, después se incrementó con más ganado de Veragua, cruzado con sementales de Eduardo Ibarra, pasando en 1913 a Antonio Flores Íñiguez.
En esta época fueron cruzadas con otras de raza jijona, de Gaviria y Julián Fuentes, con lo que la mezcla se incrementó.
A la muerte de Fernando VII la ganadería pasó a su cuarta esposa, doña María Cristina de Nápoles, con la denominación de Real Vacada de Su Majestad la Reina Gobernadora, hasta el año 1835, que fué vendida a los duques de Osuna y Veragua. Además de Veragua, habían adquirido en 1832 importantes efectivos de esta vacada fundacional don Francisco Taviel de Andrade y don José María Benjumea.
De los Veraguas no se hizo más que un cuce, con un número reducido de vacas, con un semental de Miura, en los noventa y cinco años en que la ganadería estuvo en manos del duque.
Los sucesivos duques de Veragua XIII, XIV, XV, hasta que en 1931 la adquirió Juan Pedro Domecq a don Mariano Martín Alonso, que, a su vez la había adquirido a don Cristóbal Colón Aguilera, XV duque de Veragua, en 1928. Don Juan Pedro Domecq renovó su ganadería introduciendo la casta Vistahermosa.
En 1883, Jacinto Trespalacios, de Trujillo, compra un lote de vacas que une con un semental murubeño " Roñoso ". Posteriormente vende a su sobrino, el Conde de Trespalacios, que se presenta en Madrid en 1909, antes de ceder su ganadería a Matías Sánchez Cobaleda en 1914. En 1884, Fernando Pérez-Tabernero compra vacas de Veragua y un semental de Miura.
En 1892, Villagodio compra también reses de Veragua. En 1908, lo hace Victoriano Angoso. En 1910, Pepe Vega compra vacas de Veragua y las cruza con sementalers de Santa Coloma. Y en 1931, Martín Alonso, que ha comprado la ganadería entera y el hierro de Veragua, lo cede todo a Juan Pedro Domecq y Núñez de Villavicencio. En 1938, José Enrique Calderón compra la parte de los veraguas que corresponde a uno de los hijos de aquel, y vende la mayor parte a Prieto de la Cal, mientras que el duque de Osuna, se lleva otro pico ; un hato, vendido a los pocos años, que ha dado mucho que hablar hace poco.
Al fallecer en 1929 don Matías Sánchez Cobaleda se hacen cinco lotes de su ganadería.
Herederos de Ignacio Sánchez y Sánchez, Arturo Sánchez y Sánchez, Marqués de Albaserrada, Arturo Gallego y Martín Peñato.
Otro hierro vinculado a " los trespalacios " es el de Ernesto Louro Fernández de Castro, un portugués que adquirió el de Victoriano  Avellar Froes en 1899.

Un caso más de eliminación del encaste " vazqueño " ya que Avellar cruzó con Ibarra y lo de Louro está hoy formado por reses de Atanasio Fernández.
En 1937 fallece don Juan Pedro Domecq y Núñez de  Villavicencio y la linea Vázquez - Veragua - Domecq, se hace cargo de la ganadería su hijo Juan Pedro Domecq y Díez ( Padre de los actuales ganaderos Domecq  Solís ) desde 1931 lo veragueño empezo a ser paulatinamente eliminado y adquirieron al Conde de la Corte los sementales " Llorón ", " Carabello ", " Chucero ", " Bodeguero " y " Chavetero " así como lotes de hembras..
Hasta la aparición de la Edad de Oro del Toreo, y con la aparición de Joselito y Belmonte, los toros vazqueños coparon todas las ferias a través de sus multiples ramas, Veragua, que es la ganadería más importante de estos años, pero de Vázquez también proceden, en todo o en parte, las ganaderías de González Nandín. Arribas y Valladares, que se mezclaron tanto en Villamarta como en Rincón, y luego Núñez. De Vázquez igualmente, a traves de los sementales cedidos al canónigo Diego Hidalgo - Barquero, procede el cruce que éste hace con vacas de Vistahermosa. De este cruce, con el cual debuta en Madrid en 1841, saldrá lo de Romero Balmaseda, una de los componentes de Pablo Romero, así como Guadalest y Medina Garvey. Sale así mismo la ganadería de José Domecq y Núñez de Villavicencio, el hermano mayor de Juan Pedro, que debuta en Madrid el 10 de septiembre de 1916, antes de añadir a su hato de sementales de su amigo Tamarón ( un León extraordinario, familia del que Manuel Rincón le compró a Parladé ), así como vacas vazqueñas de Surga, José Benitez Cubero compra esta ganadería el 15 de agosto de 1939. Un siglo antes, en 1832 José María Benjumea también le compró reses a la testamentaría de Vicente José Vázquez, quedándose además con el arrendamiento del cortijo Casaluenga, en la Rinconada, al que añade 1400 hectáreas más. Sus hijos Diego y Pablo Benjumea y Pérez Seoane heredan en 1852 y, aprovechando la desamortización de Madoz, compran tierras en la sierra norte, por Constantina y Castiblanco. En 1919, después de que Joselito haya comprado y aniquilado una parte, esta ganadería será vendida a Goyzueta, que la compra a los Gamero Cívico.
Estos acaban de conseguir lo de Parladé, Goyzueta vende las Benjumeas que han sido cubiertas por sementales de Parladé a Andrés López Chaves, de Ledesma, quien lo vende poco después a Lorenzo Rodríguez de Espioja.
( Continuará )




NOVILLEROS

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Ayer presenciamos la tercera y última novillada de San Isidro 2014.
Por las mismas han desfilado novilleros con mucho bagaje lo principal del escalafón como Román, Posada de Maravillas, Gonzalo Caballero, José Garrido, Lama de Góngora, Francisco José Espada y Mario Diéguez que era el menos placeado.
De siempre he sentido y siento una gran admiración por los novilleros y he tratado de aportarles en mis treinta años de ganadero, los medios a mi alcance, como eran los tentaderos, que si bien es verdad que a todos los ganaderos nos gusta realizarlos con matadores especializados, pero en mi caso siempre me volqué a favor de celebrar los mismos con las Escuelas de Tauromaquia, en Encina Hermosa se realizaron la selección de los actuantes en la Oportunidad de Vistalegre, por tentaderos pasaron Gonzalo Caballero y Mario Diéguez, de los que han actuado en San Isidro 2014.
Pero al juzgar a los novilleros se suele caer en la benevolencia, en la sensiblería, de que están empezando, que son novilleros. Pero no podemos olvidarnos que la benevolencia es peligrosa en cualquier profesión que nace, y sobre todo en la de torero mucho más : tengan en cuenta que el novillero tiene una edad tan crítica que si después no cuaja en el toreo, ¿ a qué se dedica ?
Por eso al novillero - hay que decirle lo que está bien y lo que está mal, no engañarle con promesas que en la mayoría de los casos no se cumplen, y no hacerlo a modo de censura pero si el de advertencia, no hacerlo significa crearle una confusión muy perjudicial que puede equivocar y torcer una vocación.
La faena de muleta nunca se debe de olvidar que además de su interés artístico, tiene una finalidad técnica, los novillero vienen a Madrid pensando que van a torear de salón, y traen una faena super concebida, que al salir el novillo al ruedo se disipa y todo queda en aguas de borrajas, al olvidar lo principal, la lidia.
Para ser torero son necesarias muchisimas cosas, es necesario querer, y sobre todo poder, después viene enormes dosis de ilusión, grandes deseos de superación, y tantas y tantas cosas más, que en eso estriba la grandeza y la gran dificultad de llegar a ser figura del toreo.
Que gran suerte la de Francisco José Espada en la novillada del 19 de mayo, con el 4º novillo del Montecillo, " Ilustrado " de nombre y herrado con el nº 13, novillo excepcional y con el que estuvo el novillero en torero.
Los novilleros son los estudiantes del toreo, a los estudiantes desde el principio hay que enseñarles a estudiar, a los novilleros hay que enseñarles muchisimas cosas : desde torear de salón, torear a las becerras y los añojos, pero sus profesores, sus apoderados tienen que vigilar la lidia, al picador que realice la suerte de varas que convenga al novillo, etc, etc.
Las tres novilladas han tenido, salvo el novillo mencionado, muchas dificultades, aspereza y si encima añadimos las molestias del viento que se apunta todas las tardes para presenciar los festejos de Las Ventas.
Pero novilleros si los novillos tienen dificultades, tienen incertidumbre, lo de menos es " ponerse bonito " : No es bonito aplicar la lidia y dar los pases necesarios, pero eso es el fundamento de la tauromaquia.
Para conseguir ligar las faenas hay que torear con mucho temple. La mayor parte de los enganchones de la tarde de ayer y los desarmes se hubieran suprimido aplicando el temple, y el tener que enmendarse, todo eso es debido a que falta el temple. Cuando la suerte no se carga, ni se remata en su sitio, es inevitable la enmienda, y al enmendarse, los pases son sueltos, no se ligan, porque cada pase es el comienzo de una faena que el novillero traía aprendida de antemano pero sin pensar para nada en el encaste con el que estaba anunciado en Las Ventas, esa faena que no se sigue, que se interrumpe, porque no se lleva al novillo toreado hasta donde debe ir, no derrota donde debe derrotar y la faena, aun sin querer, se corta.
Cuando los novillos torean a los novilleros, cuando no se acoplan, cuando no se entienden, es que tienen temple distinto, y permitirme el consejo del temple de Juan Belmonte. Todo el toreo de la vida de Juan Belmonte estuvo tejido con temple. Belmonte prodigó en tantos toros, y de una manera tan visible, que el temple se hizo muy palpable, y fue posible hacer pasar toros que antes de él no pasaban.
Hay que tener mucho temple en la mano ; mucho temple en el ánimo. Para torear hay que ser excesivamente templado.
Todos los novillos, por mansos que sean, tienen un empuje, una fuerza inicial, en la arrancada, todos los novillos embisten algo. Eso sí, lo difícil es aprovechar " ese algo " y dar el pase.
El toreo como todos sabemos tiene una finalidad, dominar al oponente. Y al novillo no se le domina nada más que cuando la muleta tiene mando en la mano del novillero.
Hemos visto novillos con muchos matices, unos que pasaban con facilidad y otros que pasaban obligados.
No es lo mismo " pasar ", " obligar a pasar ", " hacer pasar ", que " ver pasar ".
En los novillos " obligados a pasar " requiere por parte del novillero más técnica, más calidad y sobre todo más riesgo.
En el campo con las becerras se aprende a conocer las embestidas, la lidia, tan fundamental y tal olvidada en la plaza, dos conocimientos tan fundamentales sin los cuales no se puede ser torero. Con las becerras se ejercita todo, en la plaza es muy distinto, con la becerra mala se aprende mucho, pero también existen novilleros que con el más mínimo pretexto se quedan en el burladero alegando que se vicia su estilo toreando a esa clase de becerras, pero en la plaza también salen los novillos con dificultades como hemos podido comprobar en estas tres novilladas, y ante ellos hay que ponerse en torero, tener en cuenta que teneís la alternativa a la vuelta de la esquina y ¿ que os espera entonces ?, alternar con matadores de toros y torear al cinqueño que en estos momentos es lo que se lleva.
Y por último no se puede confundir el ponerse " bonito " con aplicar la técnica en las faenas, con ella se obtiene una faena llena de belleza y donde todo es grandioso si el novillo es toro y el novillero un hombre, dando pases envueltos en calidad y con el sello de su personalidad.





RECORDANDO A JUAN BELMONTE GARCÍA

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Nacido en Sevilla el 14 de abril de 1892.
Juan Belmonte García, a los dos años de edad, con la muerte de " El Espartero " mamó esa gran verdad que acertadamente expresara Pepe Luis Vázquez : la muerte acompaña a los toreros.
 
Pero uno de sus peores momentos y así lo relataba fue cuando a los siete años la vio con sus propios ojos en un hombre ahorcado.
Y con el corazón compugido, recordaba la tapia del convento de Santa Clara : un enorme paredón lleno de desconchones, que de niño, tenía que recorrer todos los días para llegar a su casa.
Y la mente, con su memoria que al estimularla a traves de los sentidos, le traslada en una fracción de segundos al lugar donde sintió por primera vez esta sensación Juan, que se percibe cuando el poder de la muerte te paraliza.
Comentaba que en ese funesto lugar alguien pintó una cruz con pintura roja
Aquella señal que de noche, iluminada por la amarilla y vaporosa luz de una farola, mantenía alejados del barrio a los chiquillos, que para llegar a sus casas les obligaba a dar una larga vuelta.
Pero Juan en el anochecer de una día que se sintió más hombre, hizo de tripas corazón, y pasó por delante mirándola con descaro.
El misterio de esa muerte a pesar del tiempo transcurrido seguía intrigando al subconsciente del gran maestro trianero.
¿ que podía haberle provocado tanta desesperación ?
¿ Estaría, quizás, en la más absoluta miseria..... ?
¿ Por qué se ahorcaría aquel desdichado ?
Finalmente Juan " da " con otra posibilidad más : ese hombre estaría enfermo y acabado.
En su mente atormentada, no cabía una relación causa - efecto más coherente.
Y a los ocho comtempló desde un rincón de su casa - pues no le dejaban acercarse - el perfil de su madre muerta, que las vecinas amortajaron con las trenzas sueltas y extendidas sobre la almohada.
Descubrió Juan que la sociedad, pretendía ignorar la muerte, mientras que los toreros conviven con ella, la presienten, incluso saben que esta cerca o agazapada en cualquier rincón, en definitiva, donde hay toro hay muerte. Y la Tauromaquia le recordaba el sino que al final del camino aguarda, y que cada lance - cada día - no es más que un paso doloroso, para llegar a ella.
Y el niño trianero - escogido para ser un gran maestro quiso ser partícipe de ella en la conjunción y en la soledad de la misma.
Juan Belmonte, en su sillón de Gómez Cardeña, a veces se lamentaba amargamente : " Tantos años de lucha, y me encuentro igual de solo y angustiado que aquel día..... Totá, pa ná.
Confesaba que " su principal vicio era la lectura ". Fue un hombre culto mantuvo amistad con Valle Inclán, Pio Baroja, Blasco Ibáñez, Azorín, Ortega y Gasset, Sebastián Miranda, Zuloaga, Pérez de Ayala,, Julio Camba, importantes literatos y artistas de la época.
Juan Belmonte fue el primer torero de la historia que se atrevio a " podar " su coleta. Una mañana entró en la famosa peluquería de Almeida, en la madrileña calle de Sevilla. Se sentó en un sillón y ordenó al figaro :
- Afeitar, cortar el pelo....¡ Y cortar la coleta !
Conmoción en el establecimiento. Clientes, peluqueros, el botones del local, consternados rodearon a Juan......A poco, para dar la gran noticia ( " Belmonte se ha cortado la coleta " ) corrían hacia los colmaos, cafés, tertulias, los que habían presenciado la escena y escuchado la orden belmontina. La coleta era el atributo máximo del lidiador y cortarse la coleta equivalía a retirarse de los ruedos.
Los belmontistas deprimidos, abatidos, lloraban - así, sin eufemismos -, la decisión del ídolo.
Afortunadamente todo fue una genialidad de " El Pasmo de Triana ". Media coleta fue a parar a la vitrina de don Natalio Rivas y la otra a manos de Antonio de la Villa, Juan al abandonar la peluquería metió los pilosos souvenirs en sendos sobres que más tarde repartió entre escritor y político.
Belmonte impuso desde su salida de la peluquería la falsa coleta.
Asistió Juan Belmonte al entierro de su amigo Julio Camba, en Madrid, que acabó en la cama de un hospital lleno de tubos y cables. En la Almudena Belmonte pasó por la sepultura de Gregorio Marañón y comentó, recordando la enfermedad y muerte del famoso doctor : " A mí no me pasará eso".  Juan vivía obsesionado con la muerte.
Frase enigmática que muchos comentaron sin conocer su alcance.
Como al fallecer Juan y no ser de muerte natural, tuvieron que hacerle la autopsia.
Los forenses encontraron al cumplir su macabra labor que Juan había sufrido meses antes un amago de infarto de miocardio, en su corazón figuraba la huella de un infarto ¡ ya cicatrizadas !
En su finca de Gómez Cardeña, celebraba sus fiestas para cumplir con sus compromisos, en aquella ocasión había toreado a pie en la plaza de la finca.
Como hacía más de dos años que no tocaba ni un capote ni una muleta, cuando pidió los trastos todos se quedaron como quien ve visiones.
Los intimos hacían conjeturas sobre el motivo que habría impulsado a Belmonte a torear a pie.
- Para mí - dijo uno- fue porque se lo pidió aquella sueca tan bonita. A Juan, aunque quiera disimularlo bajo ese aire de " inglés ", le gusta todavía lucirse delante de las mujeres.
Rafael " El Gallo ", contertulio con Belmonte en " Los Corales " un establecimiento mixto de café y freiduría andaluza, situado en la calle de Las Sierpes, de Sevilla.
Al comentarle a Rafael " El Gallo " que Juan, después de dos años sin torear había cogido los trastos, sentenció filosófico :
- ¡ No sean ustedes cándidos ! Lo que le pasa a " este " es que le anda trabajando mucho la idea de hacerse viejo !
El gesto de Hemingway matándose le quedó fijo.
Quince días antes de su muerte había hecho testamento.
El día antes de su muerte en la puerta de " Los Candiles ", pasó por allí el periodísta López Grasso, dirigiéndose a Juan dijo : " A ver cuando me da usted una buena noticia taurina para mí periódico, y Juan, le contesto : " Pue quizá mañana........
¿ Quiso despedirse de la vida enfrentándose a un toro en su finca, le faltaban unos días para cumplir 70 años ?
¿ Quería que el toro le matará ? pero desistió ante el temor de quedar sólo lastimado.
Ya anocheciendo en Gómez Cardeña, se encerró en su despacho, con el ronroneo del motor que daba luz al cortijo, Belmonte se pegó un tiro. Dejó carta al juez.
Juan Belmonte en los últimos años llevaba en la boca la tristeza de su muerte.
A muchos les pareció una cobardía, a otros un acto de entereza de Belmonte.
Juan cambiaba su semblante cuando hablaba de su cortijo.
Unos años antes le hablaba a un amigo de Gómez Cardeña y le dijo :
- Sí....., es un sitio ¡ como para morirse allí !
Y al igual que el niño trianero, pensó Juan una vez más, que cada día no es más que un paso doloroso, para llegar a ella, y así se marchó en su soledad de aquel atardecer de primavera del 8 de abril de 1962.






SAN ISIDRO 2014.......... DESILUSIÓN

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Termina San Isidro 2014, 26 tardes de festejos de a pie, incluídas novilladas, nos falta la del domingo de Miura, y lo hace con el denominador común de casí todas las tardes la desilución de los sufridos aficionados.
Recuerdo cuando se hicieron públicos los carteles, la totalidad de los medios de comunicación coincidían en que eran unos buenos carteles y muy rematados.
De que sirve hablar de carteles rematados, si nos falla el toro, el principal protagonista de la fiesta, sin él todo queda desdibujado y lo de corrida de decepción se cumple en casí todas las tardes.
La bravura sin casta es imposible, porque la bravura es consecuencia de la casta. La bravura es más importante para el público y el ganadero y la nobleza para el torero. La auténtica bravura es la respuesta del toro al caballo, aunque luego moleste al torero. Que reciba los tres puyazos. Ese galope fuerte es el que da emoción. Para nada importa al aficionado el toro con estilo, el estilo lo debe poner el torero. Sin ese toro encastado y con mucha acometividad el aficionado se aburre tarde tras tarde en el tendido.
El ganadero de bravo en su dehesa desde que ejerce su profesión conoce que el objetivo principal es el disfrute de su ganadería, los resultados económicos ni los persigue, ni los conseguirá, porque no existen.
Comercializa un producto de difícil valoración y oculto hasta la lidia ; la bravura, lo que unido al exceso de oferta determina un mercado de competencia imperfecta con precios cada vez más a la baja.
Es el disfrute de su propiedad el que actua como una venta compensando inversiones y costes, inmovilizando su capital, pero él solo persigue obtener una satisfacción personal, pero que muy pocos consiguen.
La vida del ganadero es de sufrimiento, desde que hierra al becerro hasta que es toro y se lidia ; sufre cuando las cosas le salen mal ; cuando se le muere un toro, más que por dejar de cobrarlo, por la ilusión que tenía depositadas y ver que daba de sí. Sufre cuando de sus vacas se muere la mejor, o una de las mejores, o cuando aparece una enfermedad que le causa bajas y se desconoce de momento. Pero hasta viendo lidiar sus toros sufre el ganadero.
El ganadero por tanto con el toro pone su gran amor, es su afición y su vida, no su negocio.
Pero el ganadero debe estudiar cientificamente la falta de fuerzas y la falta de bravura de sus toros, así como estamos, peligra el futuro de la Fiesta.
Pero también tiene que solucionar la suerte de varas, para no verla, como hoy, convertida en el espectáculo más denigrante de la fiesta. Si el toro no tiene fuerza a que viene someterlo a un puyazo falso, levantando el palo el picador, y dejando en ridiculo al toro, al ganadero, etc, etc.
La suerte de varas que por desgracia tampocas veces vemos ejecutar bien, tiene dos objetivos principales, quitar fuerza al toro y ahormar y atemperar la embestida, pero esos básicos principios se obvian constantemente.
La mejora del toro de lidia exige, por parte del ganadero, poseer inmensos conocimientos relativos al mecanismo de la herencia para saber fijar caracteres que son muy convenientes al toro que cría en su ganadería.
Las sensaciones en el toro son muy intensas, especialmente las del olfato y oído.
El menor ruido que se produce en la dehesa, pone en guardia a todas las reses de la misma, y lo demuestran expectantes con una gran inquietud.
Los colores corrientes en la naturaleza son los mejor tolerados por el toro. Las capas de los caballos le afectan de muy diversa manera, excitando su acometividad, en primer término, los blancos, después los negros, y por último los castaños y alazanes.
Los toros son animales bastante emotivos ; cualquier fenómeno les irrita, como sucede hasta con las moscas, que a veces les hace estar con la cabeza metida entre la hierba o salir corriendo ciegamente con el rabo erecto.
Cuando contemplan en corro los toros una pelea, comentan sus incidentes en forma de rumor o verraqueo que anima a los toros luchadores.
Cuando alguna víctima surge, la plebe, rodea al muerto dando muestras de horror y hasta incluso de complacencia.
Les hago este inciso, hablando del toro en el campo, pues con el toro en la dehesa, la misma, se convierte en un espectáculo único y recomendable de observar por el aficionado.
Y, aunque no son contradictorias bravura y nobleza sino complementarias, siempre con predominio de la bravura que da denominación y carácter a la raza - ganado bravo - parece que la fiesta se ve abocada a un callejón sin salida.
Y parece que nadie piensa en regenerar la cabaña brava española, fundamento del espectáculo, pues se enarbolan la dulzura, bondad y docilidad del toro con falsas banderas de gloria en ganaderías prestigiosas solicitadas en su totalidad por las figuras del toreo, hay se encuentra el verdadero cáncer que postra a la Fiesta.
Hace dos mil quinientos años, el pensador chino Confucio definió la doctrina universal de la rectificación, y afirmaba que para resolver y ordenar el caos había que situar las cosas en su lugar adecuado y había que comenzar llamandolas por sus nombre verdaderos.
Veinticinco siglos después, viene a decirnos con claridad que a las cosas hay que llamarlas por su nombre, sin mascaras ni añaganzas, para poder hacer frente a soluciones de los problemas que se planteen, si es que se quieren buscar soluciones. Curioso libro de Primavera y Otoño.
Para llamar las cosas por su nombre, hay que decir que el toro que exigen las figuras y sus apoderados, crían los ganaderos y contratan las empresas, apenas tiene nada que ver con ese toro  fiero, bravo, noble y encastado animal cuyo último destino es morir matando ; ese toro que infunde miedo en los asientos de los tendidos y hasta suspende el ánimo.
Pero la segunda parte es más lacerante ese toro requiere unos toreros bravos, como él,
Tenemos que abandonar el espectáculo actual desprovisto de pasión, emoción, sentimiento, y cambiarlo por el de crear belleza en la fiesta en los tres tercios de la misma.
La fiesta sigue con sus luces y sus sombras de siempre, pero teniendo en cuenta la importancia del toro en la misma, sin toro, lo acabamos de ver estos días se desmorona el mejor cartel, por rematado que sea, y mucho público se queda en el camino no volviendo a los tendidos, pues el nivel de satisfacción exigible a una corrida de toros apenas se consiguió en una veintena de toros del serial, en los demás, poco o nada. ¿ Que menos, que fueran cincuenta toros, al menos, dos por corrida.
Pero los espectadores de San Isidro 2014, no siguen los dictados del entendido tendido 7, cuando el 7 pita ellos aplauden, y piden las orejas a precio de saldo, olvidando que en la Plaza de las Ventas las orejas siempre han tenido un valor añadido, pero que en este San Isidro ha bajado alarmantemente su cotización.




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO IV )

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En 1833, Francisco Taviel de Andrade compra también una parte de lo de Vázquez a su testamentaría. Taviel de Andrade se ha asociado con José María Veger, pagador del ejército de Andalucía, y Antonio Sáez de Santa María, alguacil mayor de la Real Audencia de Sevilla. La presencia de Veger en la sociedad es fundamental, puesto que mantiene mucha relación con el Capitán General Vicente Genaro Quesada, quien hace de albacea. Los tres socios compran 370 cabezas, y en 1835, cuando disuelven su sociedad, se reparten, en partes iguales, 528 cabezas, antes que Taviel de Andrade les compre las partes respectivas a sus ex socios.
La ganadería pasta entonces en Carmona. Mas tarde, le añade reses de Juan Castrillón, de Vejer de la Frontera, que provienen también de lo de  don Vicente José Vázquez a traves del lote vendido a Antonio Mera en 1813. La ganadería de Castrillón será vendida por su parte a Rafael de Surga, Francisco Taviel de Andrade López Conesa, en Alcalá de Guadaira ( Sevilla ), prepara 4.000 hectáreas. En 1856, la ganadería cuenta con 929 cabezas, en diciembre vende la mayor parte a don Antonio Miura, quien se queda con 100 vacas, 105 erales y 4 cabestros.
Son años muy duros para la ganadería, años de gran sequía.
En 1858, en el inventario realizado a la muerte de su esposa, aparecen 238 cabezas. Taviel de Andrade muere en 1869 después de haber vendido parte de sus tierras, pero la ganadería ha aumentado : 522 cabezas, 192 vacas y 140 toros de más de 3 años.
En 1871, sus herederos venden la ganadería para saldar unas deudas a su casí vecino Fernando de Concha y Sierra, rico heredero del sustuoso cortijo de la Abundancia, sito en la marisma. No deja pasar la oportunidad de convertirse en ganadero de bravo, al haberse visto excluido en el reparto de la ganadería familiar fundada por su tio- abuelo Fernando de la Sierra, un armador gaditano ; vacada que ha pasado, de forma completa a manos de su primo Joaquín de la Concha y Sierra, probablemente porque él era demasiado joven en el momento del reparto.
Con divisa blanca, negra y plomo, se presenta don Fernando en Madrid, la tarde del 10 de abril de 1882, y para empezar abre plaza el toro " Mesonero " que estoquea Angel Pastor y toma nueve varas y deja cinco caballos para el arrastre.
Fernando de la Sierra empieza a comprar tierras como señal de prestigio y la crianza del toro bravo también, aunque una y otra fueran escasamente rentables frente a los pingües beneficios del comercio de ultramar.
Para los inversores, se abre en la marisma un campo de batalla para hacerse con las mejores tierras en las islas Mayor y Menor, pertenecientes hasta la fecha a las órdenes religiosas. Y cuando en 1820 surge la ocasión, Fernando de la Sierra, gracias a su influencia, compra las mejores tierras de la Isla Mayor. Un total de 1500 hectáreas. A las diez y seis primeras suertes las denomina La Prosperidad y a las 14 restantes que atendían por la Cartuja, La Abundancia. Hubo pleitos, por supuesto, pero Fernando de la Sierra gozaba de una gran fortuna. En estas tierras, Fernando de la Sierra encuentra ganado frailero, del mismo origen que aquellos toros que Vicente José Vázquez había mezclado en su ganadería treinta años antes.
Cuando Fernando de la Sierra fallece, lo hereda todo su sobrino, Joaquín de la Concha y Sierra y añade a la ganadería un lote adquirido al vecino Picavea de Lesaca.
En 1861. Joaquín de la Concha y Sierra fallece y heredan dos sobrinos, Joaquín Pérez de la Concha, y un menor de edad que estaba representado por su madre y tutora, doña Rosalía de la Sierra. Este menor se llama Fernando de la Concha y Sierra.
Joaquín Pérez de la Concha se queda con la Prosperidad y le cede La Abundancia a su primo Fernando de la Concha y Sierra, que en ese momento tiene alrededor de 20 años, quizás por ese motivo no recibió parte de la ganadería, y por su gran afición diez años más tarde compra los vazqueños de Taviel de Andrade y se hace ganadero.
La dehesa de La Abundancia se encontraba en la marisma sevillana entre la Isla Mínima en medio del cultivo del arroz, como un trasatlántico gigantesco encallado en las altas hierbas, el esqueleto de lo que fue el corazón de la marisma no late desde hace ya tiempo. Rodeada de extensos arrozales, se derrumba poco a poco. Cerca de los Gracilianos que Mauricio Escobar cría cerca en sus cercados fangosos de la Isla Mínima.
La Abundancia, fue durante casi un siglo sinónimo de bravura, aunque, sus toros salían más nobles que duros, algo que granjeó a las " viudas " que los criaron, la prensa taurina entonces torista las críticaba pues desde su punto de vista, colaboraban en exceso con los toreros. Atrincheradas en la Abundancia en medio de la inmensidad de la marisma, doña Celsa Fontfrede y su hija Concepción estaban envueltas por un halo casi mítico que se explica tanto por la fama de amazona indomable que se le atribuía a la primera, como por la reputación sulfurosa de los toros de la segunda, después de que mataran, nada más y nada menos, a cuatro toreros.
Algo que, probablemente, hubiera llenado de orgullo a Fernando de la Concha y Sierra, esposo de la primera y padre de la segunda.
Al oeste de La Abundancia se hallaban los Pablo Romero, al oeste, muy pegados, los de Pérez de la Concha ; un poco más hacia La Puebla y Coria, Los Miura y Villamarta ; y por el otro lado del rio, mirando hacia Sevilla, los Ybarra en la Cascajera, al este los Saltillo en la Compañía, y al noreste los Murube, cuyos dominios llegaban hasta el cortijo de Juan Gómez. La mayoría de los ganaderos asentados en Utrera obligaban a sus hatos a cruzar el río gracias a las inmensas gabarras que encallaban entre Coria y la Puebla.
Medio siglo antes, Gregorio Vázquez, poseía tres de estos barcos gabarras para dicho uso. Los toros vazqueños eran de los más numerosos, y por aquel entonces, el primo mayor de Fernando de la Concha y Sierra poseía ya, en el cortijo de la Vuelta del Cojo, que representaba sólo una parte de la Prosperidad, su ganadería fundada en 1823 con, supuestamente vacas y sementales de origen vazqueño, que Manuel de la Sierra había encontrado en estas tierras cuando las compró, añadiendo después sementales de Picavea de Lesaca, los cuales pastaban al lado. A la muerte de don Joaquín, en 1861, la ganadería había pasado a manos de su sobrino don Joaquín Pérez de la Concha y Álvarez, un primo de Fernando.
Heredero del suntuoso cortijo La Abundancia - el nombre lo dice todo - al sur de la Puebla del Rio, Fernando de la Concha y Sierra se contuvo durante muños años antes de dar rienda suelta a su deseo de convertirse en ganadero de bravo. Su afición, y también su situación económica, se lo permitían.
Diez años pasaron, sin que don Fernando pudiera llevar a cabo su proyecto pero, por fín, surgió la ocasión de hacerse con la mayor parte de la ganadería de Taviel de Andrade, que sus herederos ponían a la venta para pagar algunas deudas.
Ésta pastaba en las dehesas Rincón de la Zarza e Isla Amalia, en la Puebla del Río, cerca de lo de Pérez de la Concha. El ganado era el mismo que, desde hace años, el duque de Veragua criaba en los montes de Toledo, donde poseía la ganadería más prestigiosa del momento junto a la de Miura.
A su muerte, en 1869, Taviel de Andrade les deja 522 reses bravas a sus herederos, entre ellas 192 vacas madres y 140 toros de más de tres años, que son los que venden. Gracias a esta compra, Fernando de la Concha y Sierra entra en el mundo ganadero por la puerta grande, pero va a tardar casi diez años en imponerse del todo. Y no porque sus toros no fuera del agrado de la afición, sino por razones ajenas a esto. Era tanta la afición de Fernando de la Concha y Sierra que para disponer de un fondo ganadero a la altura de sus proyectos, ha comprado anteriormente una serie de fincas colindantes entre sí, regadas por el Guadimar, en un lugar donde confluían los terminos de Sanlúcar la Mayor, Olivares, Gerena y Aznalcóllar. Adquirió así el cortijo de Carcabosillo, en el término de Sanlúcar la Mayor, Casa de Vacas, Esparraguera y Cabos del Río, en el término de la antigua villa de Eliche, conjunto denominado La Alegría compradas con anterioridad y, por último, Las Mirandillas, en el término de Sanlúcar la Mayor. Al conjunto de unas 1000 hectáreas que sumaban La Abundancia y Juncal, se añaden, con destino a la cría del bravo, unas 500 hectáreas más.
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO V )

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El sueño de don Fernando se ha vuelto realidad. Muy pronto, gracias al prestigioso origen de sus toros y a su influencia, debuta en numerosas plazas de Andalucía, como las de Almería o Cabra.... Vende el semental Guitarrero a José Pereira Palha en 1875, el cual junta con las vacas que ha comprado a Dámaso Xavier Dos Santos, procedentes de la ganadería del Duque de Braganza, el Rey de Portugal, a quien su tio Fernando VII le había regalado 50 vacas y 2 sementales de su ganadería procedentes de don Vicente José Vázquez.
Once años despues de haber empezado su trayectoria ganadera, don Fernando de la Concha y Sierra se presenta `por fin en Madrid, el lunes 10 de abril de 1882, en la primera de abono de aquella temporada, y en presencia de S. M. el Rey, le matan su corrida nada menos que Lagartijo, Angel Pastor y Fernando " El Gallo " ( padre de Rafael y Joselito ).  Sus toros, dice la prensa, estan bien presentados, especialmente el primero y el quinto. Este primero de nombre " Mesonero ", es además bravo y de poder, tomando ocho varas para seis caidas y cinco caballos muertos. No lo aprovecha del todo Lagartijo. El quinto de nombre " Capirote ", coge a Angel Pastor en el segundo muletazo y le propiná una cornada grave.
No se lució mucho el padre de los dos futuros Gallos.
Al año siguiente el domingo 20 de mayo de 1883 vuelven a Madrid los toros de Concha y Sierra, también en presencia de sus Majestades.
El prestigio de los Concha y Sierra es innegable, Fernando de la Concha y Sierra fallece muy joven, el 25 de octubre de 1887. Su ganadería se divide entonces en dos partes : la más pequeña es vendida al Marqués de Villamarta y a su suegro el señor Garvey, mientras que los hijos del finado, Fernando y Concepción de la Concha y Sierra Fontfrede, heredan la parte más importante de la ganadería así como sus fincas. Su viuda, Celsa Fontfrede, tutora de los niños, recibe el usufructo.
Con el deceso de don Fernando, doña Celsa ha obtenido el usufructo legal, puesto que los herederos naturales de éste son sus dos hijos, entonces menores : Fernando de la Concha y Sierra Fontfrede, a quien le toca La Abundancia, y a su hija Concepción las demás tierras. Su viuda ha heredado, la carga de velar sobre la herencia de sus hijos, en la que también se incluye la casa sevillana de la calle O´donell. Visto de lejos, su situación parece más que envidiable. Sin embargo, no es nada segura : don Fernando ha fallecido antes de pagar totalmente el préstamo. De la cantidad inicial de 175000 pesetas, ha reembolsado 120000 con sus intereses. A su viuda le toca pagar las 55000 pesetas restantes, más los intereses. Y para salvar las tierras, doña Celsa va a demostrar su ingenío. En apenas tres años, el 12 de abril de 1890, consigue cancelar todas las deudas pendientes.
En vez de anunciar sus toros como los de la Viuda de Concha y Sierra, lo hace como los de Celsa Fontfrede, manifestando así su independencia, o su desafio, frente a las rígidas convenciones sociales de entonces.
Doña Celsa proclama que ahora es una ganadera rica, y nadie va a indicarle su deber. Además como todavía es joven y guapa, no tarda en buscarse la vida en el plano amoroso. Se trata de uno de los toreros más importantes y queridos de la época. Un día que había invitado a tentar a Manuel García Cuesta " El Espartero ", figura ya consagrada por su inmenso valor, o su temeridad, doña Celsa se enamora de aquel hombre algo más joven que ella y que, de mozo, hacía la luna con las vacas de don Fernando en la finca La Alegría. A pesar de estar casado y tener un hijo, " El Espartero " se enamora también y, de esta unión pasional, nace en 1890 una hija bautizada Pilar, ( doña Celsa era maña, y muy devota de la Virgen del Pilar ), desde entonces, " El Espartero " se convierte en el marido extraoficial de la ganadería.
El 17 de mayo de 1892, debuta doña Celsa en Madrid, seis toros, para Lagartijo, El Espartero, y Minuto, que confirmaba la alternativa. Los toros, excepto el primero, fueron pequeños, y con poca cara, sin mucha fuerza y el sexto impresentable. La corrida tuvo mucho morbo, al figurar en el cartel " El Espartero ", cuyo romance con la ganadera era un secreto a voces.
Blasco Ibáñez, se inspiró para crear los personajes de su novela " Sangre y Arena " en los amores de la Viuda ganadera con " El Espartero ". En la obra el torero Juan Gallardo le sonrie la vida : el chico pobre de Sevilla que se escapaba para torear en las ferias se ha consagrado como matador, despertando el entusiasmo del público. Y cuando lo tiene todo - fama, dinero, tierras, mujeres a sus pies y una esposa enamorada y comprensiva -, conoce a doña Sol, que se convierte en su amante, y todo cambia. Al igual que el torero de la novela, Manuel García, hijo de un espartero del barrio sevillano de la Alfalfa, soñaba todas las noches con ser torero.
Dicen que decidió ser matador después de visitar a su tio enfermo. Y saber que iba a morir porque no tenía medios económicos para curarse. Acto seguido, al pasar delante de la Maestranza, le dijo a su padre que iba a ser torero para que en su familia no se repitiera una tragedia así. Salió en la Plaza de Sevilla, como banderillero, e impresionó por su valor toreando " novillos " con seis o siete años por los pueblos colindantes a Sevilla, donde se ganó fama de torero " suicida ". Muy pronto fue aclamado como el verdadero " torero del pueblo ", recibiendo muchas cornadas que no mellaron su valor. El joven algo triste y reservado de los principios, se había convertido en un hombre abierto, temerario, pero también generoso con los necesitados.
Y " El Espartero ", ya figurón del toreo, se enamoró de doña Celsa y su vida cambio como cambió la de Juan Gallardo en la novela de Blasco Ibáñez, cuando entró en ella la terrible doña Sol. De esos amores marismeños nació, la pequeña Pilar, que el torero no dudo en reconocer y dar su apellido : Pilar García Aguiel de Fontfrede, quien años más tarde se casará con Joaquín Pareja Obregón Sartorius, hijo del VII Conde de la Camorra.
Para la Corrida Extraordinaria de Beneficencia del domingo 21 de mayo de 1893, en Madrid, " El Espartero " se mide una vez más con los toros de doña Celsa. Se lidian tres, con otros tantos de la viuda de Barrionuevo y tres de don Faustino Udaeta, con Mazzantini y Guerrita.
" El Espartero ", está rico, enamorado, y le cuesta más arrimarse ahora que antes. El 27 de mayo de 1894, antes de cumplir treinta años, está anunciado en Madrid nuevamente, y viaja en tren de Sevilla a la capital no sin parar en Córdoba, donde le espera su rival y amigo Guerrita. En el transcurso de la cena, a la quue asiste también el banquero - ganadero don Félix Urcola, Guerrita intenta disuadir a su compañero de torear la corrida del día siguiente. Es de Miura y sabe que Manuel no anda sobrado de sitio. Llega a decirle a su compañero : " No torees esa corrida ". Te puede matar un toro. Pero " El Espartero " le contesta : " Es un compromiso que he de cumplir. Iré.
El 27 de mayo de 1894 " El Espartero " empezó la corrida con enorme decisión y valentía. El público madrileño comprendió inmediatamente que venía dispuesto de afirmar su fama de valiente y de figura del toreo.
Minutos antes, camino de la plaza, la cuadrilla se lamentó a la vista de un cortejo fúnebre por la calle de Sevilla. " Mala pata ", exclamó Antolín un banderillero y el resto aseguraron que, al contrario, los muertos traían suerte. El matador movió la cabeza sin decir nada.
" Perdigón ", primero de la tarde, colorado, ojo de perdiz, fino y bien cortado, bien puesto de cuerna, se le vio tomar con cierta codicia una vara del picador. Un banderillero quiso darle un lance, del que salió apurado y entablerado, haciéndole el quite " El Espartero ". También Antonio Fuentes se embarulló algo con el capote y Manuel volvió a hacer un quite oportuno. El picador puso otra buena vara, rompiéndole el palo y muriendo el caballo. En total " Perdigón " recibió cinco puyazos, dio cuatro caídas y mató tres caballos.
( Continuará )
 



ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO VI )

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Al tocar a banderillas, Valencia, de carmesí y plata, puso un par soberbio de poder a poder que se aplaudió  sobre todo porque el toro se defendía mucho. Antolín, de morado y plata, clavó el segundo par, de sobaquillo y a toro pasado. El tercero corrio a cargo de Valencia y fue al sesgo, oyendo de nuevo muchas palmas. Durante el tercio de banderillas quedó claro que " Perdigón " se defendia, se arrancaba sobre seguro y conservaba mucha fuerza.
" Espartero ", de verde y oro con cabos negros, saludó a la presidencia y se fue muy decidido al animal, tomándole muy en corto y apretándose le dio seis pases con la derecha, tres ayudados, dos por alto y uno cambiado. En los terrenos del 9 señaló al volapié un pinchazo en buen sitio, pero el toro le cortó la salida y el torero, enganchado por la entrepierna, fue volteado a gran altura, Valencia le hizo el quite oportunísimo. " El Espartero " y su peón cambiaron breves palabras. "¿ Maestro, ha sido algo ?. " Estoy bien ", dijo el matador tras una pausa. Volvió al toro y volvió a arrancarse al volapié, en los terrenos del 10, algo fuera del tercio. Dejó hasta la mano una estocada algo contraria. El miura volvió a cortarle la salida y le clavó el pitón en el vientre, lanzándolo al albero con todas las tripas fuera. Quienes se lo llevaron a toda prisa dicen que se volvió a mirar al toro que caía muerto en ese momento. Toro y torero perdieron la vida a la vez, pues " El Espartero " entró muerto a la enfermería. A hombros de su cuadrilla lo llevaron al número 10 de la calle Gorguera, domicilio del picador Cantares. Allí le vistieron de traje negro y partió el cortejo hasta la estación de Mediodía.
Ocho caballos empenachados y enlutados portaron el féretro.
El tren de Madrid a Sevilla tuvo que parar en cada estación para que los aficionados le dieran el último adiós al " Espartero ".
En Sevilla, el gremio de cocheros acordó trasladar gratis al público hasta el cementerio de San Fernando, donde se celebró el entierro. Fueron veinte mil personas, la mayoría mujeres, que lo pasearon a hombros. En el Café París de Madrid, colgaron una fotografía suya y los señores se quitaban el sombrero en su honor.
" Ocho caballos llevaba
el coche del Espartero ;
ocho caballos llevaba
y los ocho con plumero ".
 
Esta tragedia acabó con la vida alegre de doña Celsa.
Su hija Pilar tenía casí cinco años y se crió con sus hermanos, Fernando y Concepción, entre la Abundancia y la casa de la calle O`donell, hasta que todos se casaron. Fernando primero ; Concepción se casó con Manuel Sarasúa, que también la dejaría viuda muy joven ; y Pilar con Joaquín Pareja-Obregón y Sartorius.
Los hijos de Pilar, la única de los tres que tuvo descendencia., se criaron entre la casa de sus padres, en la calle San Eloy, y la de su tía Concepción, en la calle O`donell. Los bisnietos del Espartero y de doña Celsa conservan todavía muchos recuerdos del torero, trajes y fincas, así como un dato en el libro Hidalguía, volumen 32, página 102, figura como tal el matrimonio de doña Celsa con El Espartero.
Doblemente viuda, del ganadero y del torero doña Celsa Fontfrede se dedicó de lleno a sus hijos y a sus toros que, por fín se presentaron en Sevilla el 14 de abril de 1895, más de veinte años después de su compra por don Fernando. En la presentación de los toros de Concha y Sierra en la Maestranza, quizás influyó favorablemente Guerrita, quien mató dicha corrida junto a Reverte. Casí a continuación doña Celsa lidió tres toros en Madrid a nombre de la Viuda de Concha y Sierra en la corrida de Beneficencia del jueves 11 de junio de 1896, que matan Guerrita, Lagartijillo y Nicanor Villa-Villita.
Nadie se explicaba como una ganadera que decepciona tantas veces por la presentación de sus reses siga anunciándose en los mejores carteles. La respuesta, sin embargo, resulta sencilla : en aquel momento, los toros de la Viuda, apenas desarrollan dificultades para los toreros y muchos salen bastantes nobles. Además, es de suponer que la imagen personal de doña Celsa, doblemente viuda de un rico ganadero y de un torero tan querido le beneficie en la venta de sus toros.
Pero la prensa especializada se sigue ensañando con ella, el 9 de junio de 1901, dicen que los toros fueron chicos y abecerrados. La ganadería de Concha y Sierra se considera, no obstante, como una de las más importantes del momento.
El 20 de octubre de 1901 en Madrid compite en el cartel de la corrida de la Prensa con otros siete ganaderos : Duque de Veragua, Anastasio Martín, Murube, Adalid, Palha, Villamarta y Marqués de los Castellones.
El 22 de mayo de 1904 vuelve a lidiar cinco toros en Madrid.
Fue sin ninguna duda, la peor corrida entre las doscientas mil con que obsequió la empresa de Madrid.
En 1905, doña Celsa tiene que hacer frente a un nuevo drama, su hijo Fernando, un señorito, gastaba mucho y no trabajaba, consumado garrochista, gran cazador. muere prematuramente después de una penosa enfermedad, dejando una viuda con la que ha divorciado hace poco, así como una cantidad apabullante de deudas. Doña Celsa asume el pleito que hace la viuda separada de su hijo, Dolores.
Cinco años después, se declara heredera legal de Fernando a su madre, doña Celsa, ahora si, La Abundancia la tiene en propiedad.
En 1906, el crítico " Dulzuras " se suaviza : Si doña Celsa cuidara algo más el tipo de sus toros, como de bravura están bien resultaría un conjunto aceptable. En 1906 en Madrid, lidia un primero bravísimo.
Sigue la ganadería cuesta abajo, no lidia ni en Madrid ni en Sevilla y el 1907 lidia solo 28 toros.
Pero en 1909, el 25 de abril, ese día, en Madrid, el sexto toro de la Viuda, de nombre " Merino ", cogió a Gaona en banderillas sin herirlo, pero impidiéndole seguir. Saltó entonces la cuadrilla, y cuando " Lagartijilla " pareó a su vez, " quedándose algo a la salida de la suerte, el toro alargó el cuello y, al querer salirse, el muchacho trompicó y cayó al suelo a muy corta distancia de la cara del toro. El Concha y Sierra hizo por el diestro que trató de incorporarse, en cuyo momento el toro le dió una cornada en el cuello, lanzándole despedido con limpieza a dos metros de donde ocurrió el percance.
La fatalidad, hizo que la mala colocación de los peones no fuera la oportuna y diligente que requería el caso.
Quedó " Lagartijilla " inmovil y boca arriba unos segundos, transcurridos los cuales, el desgraciado banderillero hizo una espantosa contración de piernas y brazos hasta la enfermería, en el semblante del herido retratában la muerte. Gaona y Vicente Pastor, así como sus cuadrillas y varios otros toreros, velaron el cadaver toda la noche.
Luego, fueron muchos miles de aficionados los que acompañaron al infortunado banderillero hasta su sepultura, quedando presidido el duelo por Gaona, Pastor y el Gallo.
Al final de 1909 en plena decadencia doña Celsa solo había vendido 22 toros.
Al año siguiente se encuentra otra vez en el candelero y vende 54 toros. Los pastos de la marisma de la Abundancia, son los suficientemente ricos como para que doña Celsa no se gaste una peseta en dar pienso a sus toros como lo hacen sus precursores de aquellos años.
( Continuará )



Cogida de " El Espartero "

ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO VII )

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Gracias a Carbonero, un sobrero lidiado en cuarto lugar el 2 de octubre de 1910, el nombre de la Viuda entró en la historia taurina de la capital de España de forma más halagüeña.
Carbonero sale manso en varas y es fogueado. Muy inspirado Vicente Pastor lo toreó solo y con confianza, pegó nueve muletazos, ajustándose cada vez más y produciendo el delirio del público, entró a matar en corto y por derecho, saliendo el toro muerto del embroque, grandiosa ovación y el presidente concedió a Vicente Pastor la primera oreja en esta plaza.
En Sevilla destaca una corrida el 19 de abril de 1911, al final vende 27 toros y 34 novillos. En 1912 vende 36, pero en Madrid, el 19 de mayo, dos son desechados y dos fogueados. Buena la corrida de Pamplona del 9 de julio y vende en 1913, 42 toros, así como en 1914 otros 42.
En 1916, " Recortes " afirma en su periódico : ¡ Es una pena ver como descienden ganaderías de tan brillante abolengo ! "
Durante este tiempo, Joselito y Belmonte han surgido con una fuerza brutal, precipitando la retirada de los toreros más antiguos.
A finales de 1917, doña Celsa cosecha las críticas habituales por parte de la prensa : " El año pasado salieron nueve toros a los que sin reparo alguno se pudo calificar de bravos y este año tan sólo uno merece ese honroso calificativo. Lo lidió Juan Belmonte el 9 de junio de 1917 y que supone un punto y aparte para la ganadería.
El sexto fue un gran toro, antes de salir el público, contrario a Belmonte, le había pedido que se fuera para dejar solos a Joselito y Gaona.
Pero ante " Barbero " el Pasmo de Triana lo arregló todo y sentenció después : A pesar de los malos comienzos aquel año acabó siendo lo que llamaban el año de Juan Belmonte.
Cada vez que pasaba Belmonte delante de la casa de doña Celsa, se descubría agradecido con la mujer que había criado a " Barbero ", el toro que le permitió realizar una de las mejores faenas de su carrera.
Al año siguiente de su gran faena al toro " Carbonero " de la viuda de Concha y Sierra, Belmonte se venga en la Maestranza, cortándole el rabo a otro toro de doña Celsa. De esta forma cuentan en Sol y Sombra : " Belmonte torea de muleta con arte, quietud y dominio, corriendo el brazo muy bien para sacar la bayeta por los cuartos traseros del animal.
Estocada y descabello, las dos orejas y el rabo.
A partir de 1923, la crítica decía : doña Celsa puede estar satisfecha y hasta orgullosa, después en la primera novillada salió un estupendo ejemplar " Platero ", y a partir de aquel día, toro de Concha y Sierra que pisaba el ruedo, toro que dejaba puesto a mayor altura el pabellón de la casa.
La camada fue superior, dos muy buenos en la feria de Bilbao, el llamado " Coronel " en Valencia, paseado con vuelta al ruedo.
En 1924, Don Ventura en Uno al Sesgo, aporta un lado importante, don Fernando de la Concha y Sierra, no era un sobrino de don Joaquín de la Concha y Sierra, sino su hermano menor, y la madre de ambos, doña Rosalia de la Sierra, había sido la hija de Fernando de la Sierra.
En 1925 lidia 66 toros y 23 novillos, superada esta cifra por Carmen de Federico con 75 toros y 54 novillos, el joven Conde de la Corte vende 51 toros, poco a poco " Vistahermosa " come terreno a los Vazqueño. Miura con 63 toros y 72 novillos, Veragua con 101 toros y 25 novillos. Se rumorea que dentro de poco se va a imponer el uso del peto..... pera nadie imagina que el tercer Duque de Veragua está a punto de vender su ganadería, consciente de que, con el peto, sus toros, tan bravos en el caballo, no podrán aguantar la competencia ante otros hierros que se entregan menos.
El 20 de marzo de 1929, doña Celsa fallece en Sevilla.
La vispera el 19 de mayo , ha lidiado su última corrida en Barcelona. Una corrida goyesca, para Chicuelo, Lalanda y Villalta.
Su hija Concepción, también viuda prematura de Manuel Sarasúa, que había sido presidente de la Diputación de Sevilla, hereda la Abundancia, donde gestionará la ganadería con mano dura hasta mediados de los sesenta del pasado siglo XX. Entre 1934 y 1946, en doce años escasos sus toros van a matar a cuatro toreros y la leyenda negra de los Concha y Sierra podrá con todas las críticas de sosería y mala presentación que recibian en tiempos de su madre doña Celsa, Esta serie trágica, será interrumpida el 27 de agosto de 1947, cuando " Islero " de Miura mata a " Manolete ".
El 3 de agosto de 1934, en Valencia, la muerte del novillero Juan Jiménez pasa inadvertida, y Uno al Sesgo ni la menciona en su resumen anual. Sin embargo en esta temporada de 1934, este novillero ha triunfado de forma clamorosa en Valencia, en cuatro ocasiones, así como en Madrid. Sin embargo, durante este negro 3 de agosto, el octavo novillo de Concha y Sierra empitona por la región femoral a Jiménez, cuando el sevillano hacía un quite de rodillas. Fallece el 16 del mismo mes. Siete años más tarde, la muerte de Pascual Márquez, que comentamos en el blog ( ver archivos del blog 11-11-13  "Reflexiones frente a la chimenea " ) va a levantar mucho más revuelo, tanto por su fama como por la leyenda que se crea en torno al toro " Farolero ", que trunca su vida el 18 de mayo de 1941, en Madrid. En aquel momento, la ganadería sigue, sin embargo, con la trayectoria de siempre ; muchos toros nobles, muchos protestados y también muchos vendidos.
Después de la muerte de Pascual Márquez, la fama de la ganadería decae notablemente. " Siendo una de las ganaderías más largas de España.
La campaña de 1945 fue desastrosa. Desastrosa en calidad, claro ; que en cantidad, como ganadería, de las más largas en aquel momento, y acreditada de antiguo.
En 1946 se tapó un poco mejor, en Madrid cumplieron sus toros, y con ello va tirando.....
¡ Lastima de vacada ! El novillo Jaranero que mató en la plaza de San Roque al malogrado novillero mexicano Eduardo Liceaga.
Lo cogió de tal gravedad, que falleció esa misma noche, alternando esa tarde con Julio Pérez " El Vito " y Antonio Chaves Flores. En " El Ruedo " José Carrasco escribe : Lo ha matado un Concha y Sierra, como al pobre Pascualillo Márquez. Un toro de esos de la Viuda que figuran siempre en todos los anhelos de los aficionados cuando piensan en su faena grande con un cárdeno claro que cornee nervioso al aire azul de una plaza como La Maestranza, como Madrid, como Valencia.
Este mismo domingo, otro mexicano. Antonio Balderas, torea novillos de Concha y Sierra en Madrid. Como es habitual en estos casos, lo que repele a los aficionados gusta a los toreros, y a pesar de los mencionados accidentes, en estos años 40, todas las figuras se apuntan a los toros de la segunda viuda, Manolete el primero, a raíz de un triunfo conseguido en Valencia, Pepe Luis, Luis Miguel, Litri, Aparicio, Chamaco.... Enriquece la leyenda negra la historia del cabestrero Curro, murió por un toro amigo al que visitaba y acariciaba a diario en los corrales de la plaza, pero un fatídico día no le reconoció porque se había puesto colonia para asistir a una boda. El pobre Curro olía a señorito y no a toro de corrales.... Y su amigo el toro de Concha y Sierra lo quitó del medio y del mundo.
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO VIII )

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Pero la historia más trágica de aquellos años en los que doña Concepción hacía gala de una mano dura fué, por supuesto, la muerte en Madrid del Tesoro de la Isla, el malogrado Pascual Márquez, un torero de la casa, puesto que, en buena parte, se había criado en la Abundancia, el cortijo de doña Concepción.
Pascual Márquez era hijo de un vaquero del ganadero Moreno Santamaría, por tanto no era Pascual ningún artista, pero eso sí poseía un gran valor. Quizás porque a doña Concepción le recordaba al Espartero, el padre de su hermanastra, a quien había conocido durante su niñez, le abrió a Márquez las puertas de sus tentaderos en La Abundancia, y le dió algún trabajo en el campo para que se ganase la vida. Cuando en 1935 un matrimonio suizo se encaprichó del chaval, hasta el punto de regalarle un toro para que lo matase en la Pañoleta, se eligió uno de Concha y Sierra. El triunfo que cosechó en la modesta placita fue tan colosal, que, de inmediato, lo contrataron en la Maestranza donde causó verdadera sensación. Se le repitió ocho veces entre el 26 de mayo y el 27 de octubre, y se le atribuyó el apodo elogioso de " Tesoro de la Isla ".
Tomó la alternativa en Sevilla el 27 de mayo de 1937. Confirmó el 26 de septiembre de 1940, pero ya se le había ido el tren. Contratado en Madrid para el 18 de mayo de 1941, fue hasta La Alegría, finca donde doña Concepción tenía sus toros de saca, allí se encontraba " Farolero ", y le causó tal impresión a Pascual que rogó lo quitasen del lote previsto. Llegado el día del embarque, " Farolero " entró, en la corrida, y obviamente le tocó al desafortunado Pascual. Lo cogió en el segundo lance, partiéndole el pecho y dejándole al descubierto el corazón aparte de causarle una grave lesión en el pulmón izquierdo.
Durante seis días, sin que pudiera moverse de la enfermería de la plaza, el infortunado Pascual luchó contra la muerte, Rodeado de los suyos murió el 24 de mayo de 1941. La muerte de Pascual Márquez traumatizó a España entera, sobre todo cuando se supo la historia de " Farolero ". Pero quien más sintió la pérdida fue la propia ganadera que, segun cuentan, estuvo a punto de liquidar su vacada.
En 1947, doña Concepción lidia 26 toros y 44 novillos, 41 toros y 41 novillos en 1948 ; 31 toros y 31 novillos en 1949, y sólo 18 novillos en 1950. Toca fondo. Malo es que el antiguo prestigio haya empezado a derrumbarse. En 1951, doña Concepción les regala a sus sobrinos, Joaquín y Juan de Dios Pareja-Obregón, doscientas vacas para que hagan sus pinitos como ganaderos.
El primero rejoneaba, el otro tomá la alternativa y se cortá la coleta enseguida. Ambos son aficionados empedernidos y cultivan ese arte de vivir sevillano. La Abundancia vivió los últimos años de esplendor y sus tientas a campo abierto constituyeron el punto de encuentro de la aristocracia ganadera de Sevilla.
Durante los años siguientes, los Concha y Sierra sólo asoman por la Maestranza en festivales, un novillos cada año, a veces dos, la mayoria de las veces para Joaquin en rejoneo. Durante esta década, los vazqueños de Pareja-Obregón debutan en novillada en el ruedo sevillano, donde lidia dos en 1957 ( Curro Romero ) En 1959, Camino corta una oreja. En 1960, le toca a Rafael de Paula, y el 17 de abril de 1960, después de veinte temporadas vuelve una corrida de Concha y Sierra a la Maestranza. Doña Concepción tiene 80 años. " En cuanto a la presentación fue una hermosura, estampa, trapío, kilos, y comoda de cabeza. Fueron buenos y nobles los dos de Girón, Rafael Peralta tuvo un debut triunfal. El 30 de septiembre de 1962, repiten los Concha y Sierra con otra corrida en la Maestranza : en ella, Miguelín corta una oreja. Desde hace muchos años, Juan de Dios Pareja-Obregón lleva las riendas de la ganadería de su tía Concha, que no se pierde ni un tentadero.
Si bien no goza de una gran cartel dentro de la afición torista, que ya ha dejado de ver en ella el tercer ángulo del triangulo mágico entre Miura- Pablo Romero- Concha y Sierra.
La ganadería no causa problemas entre los toreros.
Todas las figuras se apuntan con ellos : El Cordobés, Litri, Camino, Ordóñez..... aunque, a veces, surge algún tropiezo. Así lo confirma el propio Juan de Dios en una entrevista concedida al diario ABC el 5 de febrero de 1981 : echó un toro de Guardiola Soto a unas cincuenta de sus mejores vacas y la cruza le salió fatal, hasta el punto de tener que matar todas las crías y vender el toro a Ramón Sánchez. Pero los machos se quedaron y Litri mató una corrida en Marbella, la cual salió tan mala que " desvendió " la que Juan de Dios tenía apalabrada para Huelva.
Son innumerables los testimonios que atestiguan el fuerte carácter de la ganadera, a las que sus sobrinos llamaban afectuosamente " tita Concha ", pero que todo el toreo había bautizado, con cierto temor, como " la Viuda ". Un día en el que Pepe Luis Vázquez, entonces novillero, se encontraba en La Abundancia, doña Concepción le preguntó si quería ver la novillada que iba a matar en Granada.
Contestó que con mucho gusto, y subió a un mirador que había para esto, junto al cerrado. El conocedor acercó la novillada, que era una verdadera tía. Los había de todo tipo y hechuras : cornalones, gachos, mogones, bizcos y ¡ tuertos !
- ¿ Te gusta la novillada,, Pepe Luis ?, le preguntó la ganadera. - Doña Concha - le contestó, es bonita, pero desigual. - ¡ Desigual !......., contestó extrañada la ganadera. - Sí señora, desigual - le volvió a contestar -
Creo que debe usted quitar el de los ojos buenos y ponga en su lugar otro tuerto, así irán igualados los seis..... Otros toreros rememoran la calidad de los toros de Concha y Sierra durante estos años cincuenta.
Chamaco, decía : " Alcancé a disfrutar de la bondad de los toros de la Viuda y le corté el rabo toreando con Luis Miguel en Zaragoza ". Litri, recordaba la que toreó en Cáceres con Pepe Luis y Aparicio, en 1951. Otra corrida excepcional en Bádajoz en 1953, Con Calerito, Ordóñez y Pedrés. Pilar la hermanastra de doña Concha, que era hija de doña Celsa y del Espartero, hacía gala de un carácter muy distinto. Si en Concepción prevalecía la seriedad de don Fernando de la Concha y Sierra, en Pilar asomaba la vena de la suripanta : " Pilar García Fontfrede era una mujer especial, divertida, graciosa, culta, original ...... recordaba su nieto Celso Pareja-Obregón, autor de un blog muy jugoso. Le gustaba la música, el arte, el juego, los caballos, la juerga. Fue una de las fundadoras de la Hermandad del Rocío de Gines. Se casó con Joaquín Pareja-Obregón Sartorius.
Juan de Dios, después del fallecimiento de doña Concepción, le tocó el difícil papel de seguir con la ganadería cuando ésta atravesaba por cierto bache, a pesar de haber vendido aquel año 35 toros y 12 novillos. Para colmo, mientras que en la figura de doña Concha había vuelto a reunirse el patriminio completo de los Concha y Sierra, el tuvo que gestionar la ganadería asumiendo la división del patrimonio entre sus cinco hermanos.
Cuando doña Concepción murió a finales de diciembre de 1965 en su casa palacio de la calle O'donell, 24, hoy convertida en galería comercial, nadie fue capaz de decir la edad de doña Concepción tenía más de 85, quizás 90. Nunca consistió decirlo.
Se cuenta que, cuando tuvo que hacerse el carnet de identidad, un funcionario llegó al palacio y, al preguntarle su fecha de nacimiento, ella contestó que, si resultaba imprescindible conocer su edad, no se lo hacía. Y nunca se lo sacó, pues decía que para qué lo necesitaba, si para ir a Sevilla a La Abundancia no le hacía falta.
En la esquela pusieron ochenta y siete años, a ojo,.
Los hermanos Pareja-Obregón lloraron a su " tita Concha " se acababa una época dorada y que el porvenir  en la marisma, pasaba por un cambio de cultivo : los toros desaparecerían, sustituidos por los arrozales.
( Continuará )





ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO IX )

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Juan de Dios Pareja-Obregón declaraba a Filiberto Mira, en Aplausos en 1990, 25 años después de haber heredado La Abundancia y los toros ; y 22 años después de haberlos vendido.
Nieto del Espartero y de doña Celsa, hijo de Pilar y sobrino de doña Concepción, " su madre
adoptiva " como decía a Juan de Dios se le puede considerar el arquetipo del andaluz bohemio, poeta, torero y ganadero.
Su abuela, doña Celsa, tenía un fuerte carácter, un día al volverse a Sevilla, le pidió al casero que le pusiese unos garbanzos. Ella iba con un coche con cinco alazanes. El casero, con timidez, le dijo que se le habían acabado.
Llamó al encargado. - ¿ Cuantas yuntas tengo ? - preguntó.
- Tiene usted cincuenta yuntas de bueyes -, - ¿ Y cuántas de mulos ? - Señora, tiene usted cincuenta y tres de mulos. - Pues labre usted el cortijo - le ordenó -, y siémbrelo de garbanzos. Al año siguiente hubo que pedir graneros por toda la marisma para guardar los garbanzos de doña Celsa.
Ésa era la mejor finca de España y ése era el carácter de mi abuela, doña Celsa.
Doña Concepción - aseguraba Juan de Dios - no le iba a la zaga a su madre. Lo sabía todo.
Te adelantaba, ¡ esa vaca, por ejemplo decía pronto escarbará, o te pedía que la cambiases de tercio y ya no iba la becerra al caballo. De siempre apartaba su mejor corrida para Valencia, por lo menos la que más confianza le daba y ella que era una ganadera excepcional, casi nunca se equivocaba.
Recordaba Juan de Dios que en una ocasión, Manolete le corto tres o cuatro orejas a la corrida. Por la noche sonó el teléfono, cosa poco habitual.
- ¿ Con quien habló, por favor ? preguntaron. Con la señora dijo mi tía - Mire señora, soy Manolete, le llamo para decirle que he cortado las orejas a sus toros. Esta fue la primera vez que hablo Manolete con mi tía. A partir de este triunfo, le compró Camará varias corridas para Murcia, Alicante.... que mató Manolete.
Los toros de Concha y Sierra, como casí todos los de la casta vazqueña, tenían poco genio y eran manejables para los toreros.
La primera oreja concedida en Madrid la ganó Vicente Pastor el 2 de octubre de 1909, por su emocionante labor al toro Carbonero, de Concha y Sierra, y la memorable de Juan Belmonte el 21 de junio de 1917, también en Madrid ( Corrida del Montepio de Toreros ), fue realizada con el toro Barbero, de citada ganadería.
No está muy claro cuáles fueron los motivos de la compra de los Concha y Sierra por José Luis Martín Berrocal, pero puede intuirse que fue fruto de una de esas cabezonadas que tuvo a lo largo de su dilatada carrera en el munto taurino. O quizás fue un capricho, si nos atenemos a la singularidad de esta ganadería tan antigua. O una inversión a corto plazo, como deja entrever el hecho de que, a los dos años, la largó a la empresa norteamericana King Ranch, que buscaba en España una finca para desarrollar sus proyectos de crianza para carne, después de valorar la opción de Portugal. Y allí se encontraron con este curioso hato de reses variopintas, infinitamente más pequeñas que los inmensos longhorn que solían criar en Estados Unidos.
La gran suerte de los vazqueños fue que Bob Klieberg, el dueña de la multinacional King Ranch, entendió que se trataba de una joya genética que debía de ser preservada.
Nombró entonces a Jaime de Urquijo para gestionar aquello, lo que no evitó el bache, pero salvó a la vacada de la más que probable aniquilación de haber caído en manos de un americano menos amante de la cultura taurina.
Porque, como narraba en un libro, Klieberg, afortunadamente, mamó algunos conocimientos sobre la fiesta en México, concretamente en casa de los Sordo Madaleno. Los Concha y Sierra siguieron anunciándose a nombre de Los Millares, aunque ya no eran estoqueados por las figuras. El 23 de julio de 1973, en Madrid, lo hicieron Vicente Punzón, Macareno y Raul Sánchez. En Madrid también, el 28 de mayo de 1978, Pajarito, un toro salpicado, careto, chorreado y alunarado fue condenado a banderillas negras, ya que habían desaparecido las de fuego. Y la corrida se saldó con una ruina total, igual que la lidiada en Pamplona el 12 de julio de 1978, sobre la cual Joaquín Vidal escribió en el País :
" Todo lo espectaculares que salieron los toros de Concha y Sierra por pinta e incluso algunos también por lámina resultaron también de mansos y descastados. No puede imaginarse una corrida tan variada de pelo, con tan clásica estampa, ni tampoco tan mala en todos los tercios. Los productores de King Ranch, S. A. por nombre ganadero " Los Millares " ( antes Concha y Sierra ), fueron los toros de la ilusión primero y de la desesperación después.
Admirables sus hechuras de toro de lidia antiguo, de mucho cuello, gran papada, seriedad ; rizada testuz ; mezclas de pelaje, con predominio de los castaños y los mulatos, y casí siempre con la combinación de un tercero o cuarto color.
Hubo un toro que reunía en su piel, el colorao, salpicao, cárdeno, lucero. Sobre todo el toro el que se lidió en quinto lugar, mezcla de mulato y cárdeno, con listón, fino de cabos, alto de agujas, enmorrillado, guaspo de cara, bien armado y astifino. Pero tanta belleza no pasaba de ser, en realidad, el disfraz de una mansedumbre total.
Ni siquiera puede decirse que tuvieron malas intenciones estos toros. Eran, antes al contrario, el vivo ejemplo de la falta de casta ; aburrido género que salía abanto, topaba, se soltaba de todos los encuentros con los caballos y acababa probando las embestidas, sin tomar nunca los engaños y sin la acometida mínima para que los diestros pudieran ejecutar las suertes con algún lucimiento.....
Aquellos legendarios toros de la viuda que hoy parecen moruchos.
Aunque volaba a otra altura, a Bob Kleberg estas críticas no le hacían excesiva gracias, y los Concha y Sierra olían ya a barbacoa cuando se celebró un festival benéfico en San Bartolomé de las Torres con reses de la ganadería de " Los Millares ", para Litri, Aparicio, Emilio Oliva padre e hijo y Chamaco, cortaron doce orejas y seis rabos. Y entre " jiji " y " jaja ", todos le calentaron el casco a Litri para que fuera al quite de los vazqueños, lo que terminó haciendo a finales de 1979, llevándose las 375 vacas con sus sementales y sus crías hacia su dehesa " La Peñalosa ", en Escacena del Campo.
Desde su torre de marfil en Gines, Juan de Dios Pareja-Obregón comentaba sobriamente :
" El problema fue que cuando lo cogieron los americanos pensaron que eso de los toros era algo así como el cemento, y los destrozaron ". El Litri, después del desastroso paréntesis precedente, surgía como un salvador.
Durante los catorce años en los que intentó salvar a los vazqueños de la decadencia, Litri pasó de la ilusión de unas primeras tientas esperanzadoras - en las cuales sacó a otro Inspector de gran nota -, a la desesperación casí absoluta, al ver que la ganadería no tomaba vuelo a pesar de tantos esfuerzos. Había retentado el cien por cien de las vacas y, de las 375 iniciales, sólo había dejado 85. El Litri optó entonces por refrescar, dejando descansar a los sementales puros vazqueños, para añadir un toro del Conde de la Corte en 1980.
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO X )

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Según cuentan, el ganadero, que no le había vendido el semental al torero, supo de su presencia después de una temporada de cubrición, con lo que el maestro tuvo que quitarlo. Pero el daño estaba hecho, y a pesar de que la intención del Litri fuera aportar más " cara " a la vacada a partir de una sangre emblematica y madre de otras muchas divisas, sangre que también se encontraba en la mezcla vazqueña, lo que consiguió principalmente fue bastandear a las crías nacidas del cruce. Los primeros productos con el semental del Conde de la Corte dieron buenos resultados, aunque cambió ostensiblemente la morfología de las familias " Tocadas " por este toro.
Las posteriores generaciones de esta procedencia tampoco mantuvieron el nivel y el intento resultó fallido. Quedaba la fealdad, pero se había ido la calidad. Años después, Litri adquirió más ganado esta vez de la procedencia Guateles, que unió al segundo hierro que poseía, el de Vega Retana, y que anunció con el nombre de Miguel Báez " Litri ". Probó un nuevo cruce con un toro burraco salpicado, de aquellos viejos Pedrajas de Fonseca, como demuestran los libros en posesión, actualmente, del último propietario hasta el momento, en los cuales aparece todavía siete de ocho familias salpicadas por esta sangre que, por supuesto, ya existía también en la mezcla realizada por don Vicente José Vázquez.
Joaquín López del Ramo, paisano y amigo escribió :
" Afortunadamente, el desastre no se consumó, y cuando todo parecía acabar apareció Miguel Báez " Litri ", el torero que con estos toros obtuvo muchos de sus clamorosos éxitos y ahora pretendía salvarlos.
Joaquín pasó en estos años por la finca del Litri, La Peñalosa y publicó en la revista Toros 92, un estudio titulado : " El Litri ", un quite para la historia.
Muchos años de trabajo y desprendimiento, de selección férrea para intentar recuperar una solera casi pérdida. Los primeros frutos positivos se vieron, pero los Concha y Sierra no han recuperado su noble son vazqueño en su totalidad.
Recordaba Joaquín que esa nobleza siempre había ido teñida por la tragedia, como aquella tarde en la que un Concha y Sierra truncó la carrera del inmenso Pepín Martín Vázquez, en Valdepeñas.
El carácter de doña Concepción también quedó demostrado cuando despidió a uno de sus vaqueros porque, perseguido por un toro, tuvo que tirarle un palo para librarse de él.
Cuando compré la ganadería - le reconoció " Litri " a Joaquín -. muchos pensaron que estaba loco, que salvar estos toros era una empresa imposible, pero yo sabía y sigo pensando que aquí hay muchas cosas buenas.
En mi época de torero activo maté muchos toros de Concha y Sierra, y entonces salían extraordinarios. Pensé que esa solera no podía estar del todo pérdida, que el origen era puro de casta vazqueña y esos toros habían funcionado en primera línea durante muchos años, podrían estar en bache fuerte, pero a base de tiempo volverían a ser lo que siempre fueron. El toro del Conde de la Corte ha aportado mayor transmisión y ha servido para refrescar la sangre, pues hay que tener en cuenta que la casta vazqueña se formó también con elementos de Vistahermosa.
Dividida en cuatro partes, las vacas contaban con 150 madres, un cuarto cruzado con el toro del Conde de la Corte o con hijos de aquel, mientras que en los otros tres cubrían quince sementales puros vazqueños, entre ellos el famoso Inspector, descendiente del toro del mismo nombre que había sido indultado, en 1963, por Carlos Corbacho en Algeciras. Pero los resultados tardaban en llegar y el maestro empezó a aburrirse de sus vazqueños variopintos. Otra vez la supervivencia corría peligro, y de nuevo, por mediación de la Blanca Paloma que seguía velando por el destino de los toros de su querido poeta, se presentó un salvador. A finales de 1993, tomando café con José Luis García Palacios, Miguel Báez le comentó que tenía pensado vender una de las dos ganaderías que poseía, y le ofreció hacerle una visita en La Peñalosa. Pocos días después José Luis García Palacios, junto a sus hijos José Luis y Guillermo, compraban los Concha y Sierra. Entre los acordes de guitarra, Juan de Dios dejó caer : " Eso de haberle añadido un toro del Conde de la Corte me preocupa mucho. Yo lo intenté con uno de Guardiola Soto y fue un fracaso total..... ". Y así comenzó su andadura ganadera José Luis García Palacios, con los Concha y Sierra, lleno de ilusión.
Cuando José Luis, veterano emprendedor con mucho criterio y sentido común, decano del sistema financiero español y presidente de la Caja Rural del Sur y del Grupo Cooperativo Ibérico, decide comprarle los Concha y Sierra al Litri, posee ya una larga experiencia en materia agrícola y ganadera. Es hijo único, de familia de empresarios con orígenes en tierras palentinas y burgalesas, y con tradición ganadera desde los años 20 del pasado siglo en Huelva. Fue a principios del XX cuando su abuelo, don Anastasio García Bueno, se traslada a Huelva como destacado de la empresa familiar de curtidos de pieles y lanas que poseían en Palencia, y con la intención de reforzar las compras de Andalucia. Unos años después se traé a un primo suyo, don Apolinar Arenillas Bueno ; entre ambos crean una sociedad agropecuaria llamada María Luisa, S.A., iniciándose así una actividad ganadera basada en el vacuno manso, el cerdo ibérico, los caballos y el ganado ovino. A mediados de los años 40, don Anastasio adquiere al Marqués de Villamarta una finca y una ganadería en el término de Trebujena.
Pero no fue mucho el tiempo que la tuvo en su poder, la dedicación que precisaba y la distancia que en aquellos años, se tenía muy en cuenta, hicieron que una década después la vendiera a su actual propietaria, la familia Núñez Núñez. Sin embargo, si la tuvo el suficiente plazo para que en don Anastasio naciera la afición necesaria. De niño don José Luis, creció entre los molinos de aceite que éxplotaba su padre en Huelva, Trigueros o Gibraleón, frecuentó las almazaras donde practicaban la molturación de las aceitunas, así como el campo donde criaban cochinos y terneros bravos. Esa niñez rural fue interrumpida por la muerte prematura de su padre, y muy joven todavía tuvo que abandonar sus estudios que continuó por libre, en una época en la que Juan de Dios empezaba a asesorar a su tita Concha en los asuntos ganaderos de la ganadería de Concha y Sierra. Se hizo cargo de la empresa familiar y pronto emprendió un camino paralelo como empresario, banquero y político, sin nunca perder de vista su vocación de impulsar la agricultura.
Desde entonces y tras adquirir conciencia de la necesidad de que el sector agrario se asociara, su vida profesional ha discurrido estrechamente ligada al coperativismo agrario y de crédito.
Con un agudo sentido campero y mucha sensatez, supo resistir a la burbuja inmobiliaria, y cuando ésta explotó, la caja que dirigía no tocó fondo, más bien todo lo contrario.
Antes de llegar la actual crisis, a finales de 1993, don José Luis renovó su afición y decidió convertirse, de nuevo, en ganadero de bravo.
Antes de comprar al Litri lo de Concha y Sierra, adquirió una pequeña vacada en Sevilla escogieron lo del Marqués de Domecq : Pedrajas por Natera a traves de Mora Figueroa y Juan Pedro, con una pizca de Rincón por Manolo González. Una elección providencial que, a la postre, puede ser la salvación de una rama del " monoencaste " casi extinguida.
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO XI )

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A raíz del momento de comprar Concha y Sierra a Litri, tuvieron que escuchar los comentarios de los " iluminados " y " todólogos " del toro : " No sabeís lo que habéis hecho " , " deberías haber comprado algo más comercial ", estáis perdiendo el tiempo, .......  pero a ellos les sirvió para ratificarse aún más en su decisión. Por enseñanza de sus padres se les tatuó en su proceder, el esfuerzo, el trabajo y el sacrificio bien aplicado en aquello que merece la pena.
El simple hecho de intentar la recuperación, mejora, conservación y potenciación de una ganadería como la de Concha y Sierra suponía suficiente motivo para luchar con toda la ilusión sobre todo por el compromiso que habían contraido.
A mediados de 1994 se hizo el traslado de la ganadería. Compraron el hierro y sus derechos, las 245 vacas de vientre, todos los sementales, eralas, añojas y añojos y las rastras sin destetar. Autorizaron bajo la licencia precisa al Litri para lidiar los machos que le quedaban bajo, ya el hierro de García Palacios. En los primeros catorce meses y después de la tienta de las dos camadas de hembras que traían, decidieron desechar todo lo que procedía de aquel toro del Conde de la Corte, y se esmeraron en identificar y precisar el tipo de la ganadería.
Para ello contaron con la ayuda de Litri y de su mayoral Basilio, incluso la de uno de sus vaqueros Antonio.
Ellos fueron fundamentales para esa primera misión.
La depuración continuó con todos los sementales, se salvaron sólo tres de la criba por ser puros " concha y sierra ", así como por su tipo armónico, se trataba de toros poderosos de pecho y culata, y bajos. De ellos , sólo uno, el nº 31, Chivito, del año 91 había cubierto por primera vez el año de la compra.
Las primeras tientas fueron un sorbo de esperanza para la familia García Palacios, vacas con clase, bravas y nobles. Poco a poco pudieron ir sacando lineas de madres cruzadas con otras familias hasta que identificaron cuál fue el progenitor marcador de los caracteres positivos.
En honor a ese toro conservaron la cabeza de Chivito.
Tuvieron que sacrificarlo por una parálisis media y aún desde el suelo y moribundo defendía su gallardía y bravura genética alimentada desde siglos.
Su muerte, les provocó un gran pesar.
El porvenir no estaba, del todo despejado, fueron unas 118 vacas las que iniciaron en 1995 el compromiso de cargar sobre sus genes el resurgir de la ganadería.
Eran vacas de todas las edades, algunas de hasta 19 años que seguían tributando su becerro o becerra cada año.
Vacas que morían de viejas en el campo. Jamás mandaron una vaca al matadero por vieja, según don José Luis el mínimo homenaje para el animal que te dio tanto, es mantenerlo hasta el final de sus días.
Esto es pura filosofía y no se sostiene comercialmente, pocas ganaderías lo afrontan así, pero como la ganadería brava es romanticismo.......
Tenían cierto temor por la incidencia  de la consanguinidad, pero escuchando a expertos en el tema - no sólo académicos sino también experimentados - pensaron que se convertiría en un mal menor desde el punto de vista exclusivamente ganadero.
A la hora de fijar comportamientos e intentar alcanzar la mayor regularidad, se convierte en un aliado indispensable.... los híbridos son perfectos para la producción de insumos, nunca para la producción de progenitores..... En esta misma situación se encuentran la mayoría de las ganaderías con identidad propia. El manejo de la consanguinidad debe ser prudente y siempre debe tenerse controlada, conservando dentro de la misma ganadería fuentes que refresquen ese aspecto.
Después de esa nueva criba, la ganadería quedó reducida en un hato de 140 madres puras " concha y sierra " y siete sementales igualmente puros, con un objetivo que era llegar a las doscientas cabezas de vientre, cifra ideal para tener la ganadería en la cabeza.
" Además, don José Luis pensaba tener una ganadería de aficionados, de aquellos que buscan algo distinto, sin ánimo de minusvalorar a cualquier otra.
Trataron de infundir en la ganadería de Concha y Sierra la personalidad tan fundamental de formar, teniendo en cuenta que toda ganadería debe adaptarse a la evolución de la Tauromaquia. Sin hacer cambios incontrolados, porque tampoco la propia Fiesta los tiene, pero el ganadero debe mimar, cuidar y satisfacer al aficionado, una figura que debería tener más peso en las decisiones empresariales, sobre todo cuando se trata de concesiones de plazas. ¿ Nos podríamos fijar en el método francés ? Todos estamos en el mismo barco. jugamos a lo mismo, y como nos pinchen la pelota, todos a casa y unos pocos al zoológico. Y los hay dispuestos....afirmaba don José Luis. " Este discurso novedoso y poco común en el actual mundo ganadero, donde todos parecen buscar el mismo modelo, y sobre todo el mismo toro, empezó a llamar la atención entre los aficionados. " Hace algún tiempo, entre la Unión de Criadores de Toros de Lidia y la Facultad de Veterinaria de la Universidad Complutense, se inició el trabajo de estudio genético sobre el toro de lidia con el objetivo de identificar sus origenes. Sus resultados enseñarán muchas cosas desconocidas  hasta el momento para los aficionados. Al parecer, todas las ganaderías proceden del Bovis Asiático, excepto dos que proceden del Bovis Africano. Una de ellas es la de Concha y Sierra, que debido a su alta variabilidad  genética resulta ser la más pura de las razas bovinas del mundo. Esta conclusión no es más que un resultado cualitativo, genéticamente hablando, pero la convierte en un patrimonio genético de la Humanidad que, sin lugar a dudas, tenemos la obligación de preservar, y a traves de la selección, mantener y mejorar día a día en sus aptitudes para la lidia.
Por supuesto, también era necesario preservar la gran nobleza que siempre atesoraron los Concha y Sierra, incluso durante la década de los cuarenta, su lunar más negro, con cuatro toreros muertos bajo sus astas.
" Nuestra selección decía don José Luis, persigue el mismo fin que la de todos los ganaderos, conseguir la bravura, con todo lo que estas palabra y actitud conlleva : casta, fuerza y resistencia, y la nobleza, que es la condición inherente a la bravura.
Pero la casta es la condición que diferencia al toro de lidia del resto de las especies animales.
Su reflejo en la condición humana podría ser la voluntad de lucha, la superación frente a hechos adversos, el no arrojar la toalla nunca y presenciar siempre batalla. En los tentaderos se pueden ver los niveles de casta, se pueden pulsar y cualificar como un animal lucha hasta la extenuación, débiendo el ganadero conservar, las reses que presentan niveles notables de esta cualidad, pues es la que permite que una ganadería se encuentre en la mente de un aficionado.
Es cierto que un toro escastado no es siempre del agrado de todos los toreros, pero el descastamiento de una ganadería termina por aburrirnos a todos. En cuanto a la fuerza y la resistencia, pueden parecer vocablos semejantes, pero evidentemente indican conceptos diferentes. La fuerza es la potencia que puede desarrollar un toro en un periodo de tiempo limitado y, generalmente, corto. La resistencia permitirá dilatar esa fuerza a lo largo de la lidia, siempre y cuando no haya exceso de castigo innecesario durante la misma. Facilitará que el torero cuente con el oponente en buen estado hasta el final del último tercio. Aqui otra vez es vital la selección, y la fuerza debe ser la asignatura llave para poder formar parte de los reproductores dentro de la ganadería.
( Continuará )

ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO XII )

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Los fuegos y juegos, que conjugan la cadena genética, casí siempre tan inexplicables, hacen que la capacidad de sospresa del ser humano sea todavía posible.
Los pelos y pintas de los " Concha y Sierra " son como una explosión maravillosa de flores inverosímiles al comenzar la primavera. Esos estigmas, dejados por su descubridor don Vicente José Vázquez y después por la familia de Concha y Sierra hacen que perduren hoy con el mismo brillo que antes, incluso de siempre.
Poseedor de esa carga bestial genética y con las armas del trabajo y de la afición, don José Luis García Palacios, sueña, despierta, para que los toros de la " viuda " engorden, todavía más, ese gran pedazo de historia que escribieron.
Los toros de la " viuda " han sido relegados durante un tiempo a su historia : pero hoy siguen siendo actualidad, gracias al esmero, al vigor y a la afición de la familia de don José Luis decidida a colocarla, de nuevo, en el sitio que nunca debió perder.
Miguel Báez y su mayoral les sirvieron de gran ayuda y ellos lo interpretaron desde su criterio lo que decían, porque ser ganadero es como las tarjetas de crédito : personal e intransferible. Miguel les dió todo tipo de ayuda. El equipo de trabajo de don José Luis comenzó con un mayoral magnífico Santiago Chacón, al que por motivos ajenos a ellos pasados cinco meses perdieron la gestión extraordinaria que desarrolló que fue tremendamente útil a la ganadería.
Los defectos que se encontraron en la ganadería fueron más que nada por falta de atención, algún defecto de pitones, pero nada más, algún cruce que no fue el más idoneo.
Eliminaron todo lo del cruce con el toro del Conde de la Corte porque les ofrecía unas hechuras que se salían del tipo de lo de Concha y Sierra, y producía embastecimiento en el tipo zootécnico de la ganadería.
Eso de que los toros se parecen al ganadero que los cría, es cierto, pèro tienen que pasar cuatro o cinco generaciones para que ocurra. Lo de Concha y Sierra es un encaste que se ha mantenido bajo la misma linea y sin cruce alguno desde mediados del siglo XIX, su comportamiento es muy particular y sobre todo de muy alta calidad.
Al preguntarle a don José Luis : genéticamente, ustedes no pueden refrescar con otras sangres, ¿ qué medidas piensa tomar para subsanar posibles casos de consanguinidad ?
Mire : nosotros estamos en un islote y no hay nadie que nos pueda ayudar. Si tuviéramos algún ganadero más en nuestro islote, sin duda que no estaríamos hablando de este encaste como lo hacemos. ¿ Qué conlleva esto ?, que la consanguinidad puede traer casos fenotípicos, pero bueno, la consanguinidad hay que saber conjugarla porque uno de sus primeros efectos es que fija mucho los caracteres de la lidia.
No podemos refrescar, por lo que tratamos de indagar en los avances que nos ofrecen los programas informáticos sobre la posibilidad que el semental cubra vacas que den productos con una consanguinidad más baja.
Cuando don Vicente José crea el encaste, podemos decir que se da este florecer genético de los pelajes, que es muy difícil prever qué pelo va a salir. Si que hay un pelo muy prototípico, el burraco. Pero hay veces que te sosprendes ; por ejemplo puede salír un becerro salinero de una vaca cárdena y un toro burraco. Tiras de libros y encuentras que su tatarabuelo tuvo ese pelaje. Los saltos genéticos que da lo de Concha y Sierra son impresionantes y, la verdad, son una delicia.
Algunos piensan que este hierro tiene una historia negra.
Nuestro reto es cambiar todo ésto y recuperar el crédito que debiera tener. Esto es, regresar a las grandes ferias, sin ningún ánimo de sacar la ganadería fuera de tipo para lidiar. Lo que buscamos es el situar nuestra ganadería entre las principales. Cumpliendo eso, nos sentiríamos satisfechos porque fuera demandada por los aficionados, y, por qué no, por las figuras que tantos éxitos nos dieron antaño.
Fuerza y resistencia, además de buscarlas en la selección se alcanzaran con otros factores externos que si podemos reforzar. El manejo, la sanidad, la alimentación, todo ello nos darán más garatías para poder cumplir con el compromiso que tenemos con el aficionado.
Y al final, cuando un toro embiste como tú tienes en mente, cuando ves que los hijos de una vaca se comporta como preveías, te sientes agraciado por el dichoso azar de la genética y a la vez eres consciente de que no todo es suerte ; que el trabajo serio y diario de los ganaderos tiene su recompensa, ya sea de naturaleza íntima, o a la luz del día en una plaza de toros.
Faltaba comprobar el juego que daban estos Concha y Sierra regenerados por la familia García Palacios. En 2004, el 20 de mayo, Swan Soto cortó en Nimes la oreja de uno de los tres toros de Concha y Sierra que se lidiaron junto a otros tanto de Albarreal, el otro hierro de don José Luis.
El 31 de julio siguiente, frente a otros cuatro lidiados en Valdepeñas, Jesulín, Rivera Ordóñez y el Fandi se repartieron cuatro orejas.
Volvieron los vazqueños a Madrid después de muchos años, pero en Vistalegre, en 2006, para Eugenio de Mora, Antonio Barrera y Fernando Cruz. Justitos de presentación, fueron flojos en conjunto, pero hubo un tercero superior, al cual Fernando Cruz cortó una oreja.
En 2008 volvieron los Concha y Sierra a dos plazas de primera; en la concurso de Zaragoza y en Málaga.
En 2009, en Calasparra, Pavito ganó el premio al novillo más bravo.
Pero fue en Madrid, en el marco de los encastes en peligro de extinción, donde los Concha y Sierra dieron prueba de su mejoría. Gustos aparte, de los doce novillos lidiados en las Ventas en 2012 y 2013, muchos hicieron gala de esa nobleza, así como de una gran humillación. A algunos les sobró algo de mansedumbre para seguir los vuelos, en otros afloraron ligeros problemas de fuerza, pero en conjunto se vio la calidad del trabajo llevado a cabo durante los últimos años por los García Palacios.
De hecho, al finalizar la novillada de 2012, José Luis hijo se mostraba muy ilusionado, pero seis meses después estalló la noticia : los Concha y Sierra acaban de venderse a un panadero francés.
La familia García Palacios siguió con lo de Albarreal, 
El hombre y sus circunstancias. En la primavera del 2013, las 80 vacas sus crías y 4 sementales salieron para la Camarga francesa, donde les esperaba otro episodio de su larga historia. Y en septiembre don José Luis lidió en las Ventas su última novillada, en presencia de su comprador. El veredicto del sector progresista de la crítica fue bastante duro, pero hubo otros muchos que pensaron lo contrario : " Definitivamente, este señor francés es un romántico ".
( Continuará )




ENCASTE VAZQUEÑO ( CAPÍTULO XIII y último )

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La ganadería de Concha y Sierra después de pasar por un sustancioso número de propietarios pasó de una marisma a otra y su nuevo propietario, es sencillamente, panadero, su nombre Jean-Luc Couturier.
Jean-Luc, adquirió 220 hectáreas, en el triangulo de oro de la Provenza entre Maussane, Paradou, les Beaux y Fontvielle y lo hizo en menos tiempo del que se necesita para fumar un habano, en Coste Haute, Jean-Luc tiene como vecinos a la familia Bretling, fabricantes de misiles y relojes, el patronato de una compañia de aviación americana, Charles Aznavour, el famoso cantante, algunos ministros y novelistas de éxito, venidos aquí a principios de los años 80 al descubrir las virtudes de este valle conocido desde hace tiempo por la riqueza de sus pastos y los beneficios de su clima. En un rincón entre La Camarga y la barrera de Baux, la llanura de Crau, excavada por un antiguo cauce de la Durance, constituyó durante mucho tiempo un paraiso para la cría de corderos, antes de convertirse en el barrio VIP de la Provenza, donde numerosas masías agrícolas se han readaptado poco a poco, transformándose en viviendas principales o secundarias de algunas de las grandes fortunas del pais. Aún siendo, sin duda más modesta la de Jean-Luc que la de los vendedores de armas que tiene enfrente, la de Jean-Luc Couturier no resulta menos respetable.
Y entre sus dos ganaderías, la del Cura de Valverde y la de Concha y Sierra, las tierras y las instalaciones que tuvo que construir para hacerlas aptas a un ganado mucho más complicado que los corderos, éste confiesa que se ha gastado seis millones y medio de euros. Jean-Luc no escatimó nada : un mayoral experimentado, tres tractoristas, y un experto en toros y caballos. Y cuando al primer día de su jubilación, a los 64 años, se sentó en un banco para observar a sus nuevos colegas jugar a los bolos, fue presa de un gran vértigo ante la idea del futuro que le esperaba si no se lanzaba a su nuevo proyecto.
Algo que llevo a cabo de los doce meses siguientes.
Nostálgico del tiempo en el que palpitaba diariamente las bellas hogazas en su panadería, Jean-Luc, cuando cada mañana parte al alba hacia su propiedad para ocuparse de su ganadería, se acerca a aspirar el aroma de la Panadería del Petrin du Paradou, donde se abastece para el desayuno.
El olor proustiano del pan sacado del horno cuya corteza dorada cruje, el perfume enervante de la pasta que se hornea cuando caen las nueve de la mañana.
Nacido en 1948, en Orange, comienza como panadero con apenas 18 años. Compra un pequeño negocio en Arles, y tiene entre sus primeros clientes a Alain Tardieu y su esposa Frédérique, ganaderos de bravo. Un día, Frédérique le pregunta a Jean-Luc qué hace con el pan que no vende, y éste le responde que lo tira. Descubre entonces que los toros bravos criados en la masía de la Cour des Boenfs se relamen con él y, desde ese día, guarda todo para ellos. A causa de esto,lo invitan a visitar la ganadería y, cuando se encuentra frente a esta inmensidad de herbaje y de marisma, es presa del vértigo. Jamás ha visto una corrida, pero ya no se perderá una, asistiendo a todas en las que participan los toros de sus amigos, que son también un poco suyos, ya que se comen su pan.
¿ Ya rumía el proyecto de ser ganadero ? Jean-Luc decide entonces ver las cosas a lo grande y, en 1981, compra una panificadora en Arles, reflexiona sobre su oficio y acaba por inventar en 1988 el " Proceso 124 ", famoso para mejorar la fabricación de los panes precocinados. Patenta su idea, asocia con su reflexión a algunos financieros advertidos, se traslada a Tarascon en 1990 y empieza entonces una fabulosa expansión, al lado de la cual el milagro de la multiplicación es sólo una amable broma. En diez años, su " Proceso 124 " conquista el mundo de la panadería y el grupo BCS que él mismo ha creado se instala en Canadá, Estados Unidos, España, Italia, Alemania y Turquía, tocándole la loteria cuando atrae hacia su capital a un fondo americano de pensiones e instala en Francia cinco unidades de producción para un volumen de negocio de 55 millones de euros y con 400 empleados.
A lo largo de esta ascensión vertiginosa, Jean-Luc no deja de ir a los toros, y del tendido alto desciende a la barrera.
Un día declara que posiblemente, será el ganadero con lo que compre al Cura de Valverde. En 2006, la familia Couturier, es decir Jean-Luc y sus dos hijos, se alía con el grupo Souflet y rescata las acciones del fondo americano y en 2011 ya son once las unidades de producción que funcionan plenamente en Francia para un volumen de negocio de 110 millones de euros,
Jean-Luc visita entonces a su principal competidor, el grupo lorenés Nehauser, y le hace la misma oferta que hizo Victorino Martín a su hermano Adolfo : o te vendo, o te compro. Y Jean-Luc vende, un resultado que buscaba, de hecho.
El grupo fusionado se hace así, número uno en Francia con un volumesn de negocio de 700 millones de euros para 7000 asalariados. El bucle se cierra y el panadero de Arles que inundó el planeta de panes precocinados decide jubilarse. Esta calma dura exactamernte un día, el tiempo de comprender que la inactividad lo conducirá directamente a la depresión y después a la tumba.
Y un poco más tarde en Alba de Tormes, delante del sobrino del Cura de Valverde, enciende su famoso Cohiba esperando su respuesta tras la oferta que acaba de hacerle.
La ganadería se encuentra en un estado lastimoso, las vacas flacas y hambrientas.
Los sobrinos del Cura ceden y la primera medida tomada por el nuevo ganadero fue pedir a los sobrinos que conservaran el ganado en su casa el tiempo que tardara en comprar una propiedad.
Inmediatamente, mandó venir algunos camiones con pienso para mejorar a los animales con vistas al próximo traslado.
Instaladas sobre las pendientes de la meseta las vacas del Cura de Valverde, las de Concha y Sierra se distribuyeron por la gariga perfumada con las hierbas de la Provenza ( tomillo, romero y serpol ) que les hace recordar el destino del que Litri preservó a sus madres, salvándolas de la barbacoa gigante donde Bob Kleberg las habría condenado tarde o temprano para liberar el espacio que ocupaban en su King Ranch, de Huelva. Si bien cuando repatrió las vacas del Cura de Valverde, Jean-Luc se entregó en una retienta drástica para conservar sólo las mejores, en vista de la selección escrupulosa que había hecho la familia García Palacios durante los veinte años precedentes a su compra, pero también para no perder un ápice de la diversidad cromática de las vacas de Concha y Sierra, tan próximas las unas de otras genéticamente, conservó todas.
Sobre las pendientes de la plataforma herbosa donde son mimadas por su nuevo propietario, las Concha y Sierra comtemplan con toda tranquilidad los restos patéticos del fabuloso castillo de Baux, el vigía de la Provenza durante tantos siglos.
Más abajo, en la llanura bautizada por el mítico castillo, la gran marisma de la que Jean-Luc también se hizo propietario comprando la Costa Haute, es semejante a la Isla Mayor que conoció Fernando de la Concha y Sierra, zona humeda plantada que constituye un paraiso écologico para las especies migratorias.
Casi cada día, Jean-Luc baja a caballo o en quad hasta las profundidades de su dominio, donde las becerras viven en total libertad. Mecido por el grito estridente del águila blanca que sobrevuela las colinas y el baño de las garzas que se zambullen en las aguas durmientes.
Sabe que entre sus manos reposa un patrimonio único que debe preservar.
Después de una vida profesional llevada a toque de tambor, deberá cultivar la paciencia y sobre todo dar tiempo al tiempo.





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